Page 385 - JUNIO 2024
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Sé que todo habría sido mucho más sencillo de esa manera. No más                            16
                  lágrimas  derramadas  en  los  kilómetros  que  nos  separan.  No  más
                  noches de ausencia entre sábanas frías que solamente me recuerdan

                  que tú estás lejos.

                  Aun así, no te cambio por nada.

                  No  cambio  ni  una  sola  de  nuestras  llamadas  eternas,  de  nuestras
                  películas  compartidas  en  la  distancia,  de  las  visitas  sorpresa.  No
                  cambio el amor que tú me das ni el apoyo que eres, por nada en esta

                  vida.

                  Lo tengo claro. Eres una de la mejor cosa que me han pasado nunca
                  sé que algún día la distancia desaparecerá.

                  Seremos  una  de  esas  parejas  que  viven  juntas  y  todo  este  tiempo

                  separado habrá merecido la pena.

                  Seremos fuertes. Más que la mayoría. Todo lo que nos separa, nos une.
                  Nos  hace  casi  indestructibles  a  todos  esos  problemas  livianos  que
                  tantos amores matan

                  Somos un “nosotros» que ya no tiembla, un presente difícil que nos

                  asegura un futuro sólido, construido sobre unos cimientos capaces de
                  soportar cualquier tormenta.

                  Y yo, te cielo. Porque eres capaz de hacer que te sienta cerca cada día,
                  amando en la distancia y curando todas las heridas que me dejó el
                  pasado. Eres ese alguien que, por circunstancias de la vida, vive lejos

                  de mí y, aun así, te elijo cada día.

                  Y lo seguiré haciendo porque sé que lo que tenemos es real, un amor
                  valiente que nada tiene que envidiar de todos esos que se pueden ver
                  cada día.


                  Té cielo más que a mi vida.

                  Seamos uno

                  Seamos el verso fugitivo de unos labios que aprendieron a besar por
                  primera  vez  de  nuevo,  las  caricias  temblorosas  de  unas  manos
                  incapaces  de  perder  el  miedo  mientras  desnudan  alma  y  cuerpo.

                  Seamos aquello que una vez soñamos, hagamos de tu cuarto universo
                  y de tus lunares cada una de las estrellas de mi cielo.
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