Page 536 - JUNIO 2024
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Estás adherido a mi alma, si doy un paso entonces tú también avanzas                        6
                  conmigo.

                  Cuánto bien me has hecho a lo largo del camino.


                  Te cielo… ¡cuánto te cielo!

                  Detrás de un "te cielo".


                  Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso.

                  Cuánto quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más, porque
                  aún tengo mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa frase, pero no me

                  alcanzan las palabras ¡y es que no las hay!

                  Para  el  amor  no  existe  un  diccionario  ni  un  alfabeto,  ni  una  regla
                  ortográfica ni gramatical definida, y aun así tiene el maravilloso don de

                  comunicarse  en  todo  momento,  actúa  con  su  propia  lógica  y  posee  su
                  característica forma de expresión, sí, así es el amor.

                  ¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula de mi

                  cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por mis
                  venas? No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles esperando que
                  entiendan un lenguaje, unas palabras que tratan de explicar algo.


                  No puedes tomar la energía que rodea el cuerpo e intentar hablar con ella,
                  sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan “un lenguaje propio”, así
                  es el corazón que no depende de un lenguaje porque él es autónomo, es

                  capaz  de  pensar,  decidir  y  elegir  a  su  antojo,  además  de  ser  capaz  de
                  comunicarse en todos los niveles sin tanta dificultad.


                  Te cielo, es lo único que podría decir porque no tengo la capacidad de
                  describir ni escribir, mucho menos traducir esto que dice mi corazón, esto
                  que grita tan alto y tan fuerte, esto que yo puedo entender pero que me es
                  imposible de expresar en palabras porque el lenguaje del amor, del corazón,

                  no está hecho para ser leído ni mucho menos para ser comunicado por la
                  mente, por eso mi mente no lo entiende y no puede traducirlo a palabras,

                  por  tanto  las  verdaderas  “palabras”  del  corazón  no  pueden  ser
                  distorsionadas  porque  nadie  puede  transmitir  en  palabras  lo  que  está
                  hecho sólo para ser sentido y vivido a través de las emociones, aquello que

                  denominamos sentimiento.
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