Page 1385 - JULIO
P. 1385

Tú me dices que llegué a tu vida en el momento justo, yo digo más bien,                     12
                  eres tú quien llegó a mí en el momento preciso.

                  Este  era  el  instante  en  el  que  nos  teníamos  que  conocer,  el  momento

                  perfecto en el que nada parecía tener sentido, ni antes ni después, y justo
                  ahora cuando nos teníamos que conocer y poder juntar tus líneas con las

                  mías.

                  Muchas  noches  lloraba  pensando  que  mi  vida  sería  tan  vacía  como  lo
                  había  sido  hasta  ahora,  nunca  me  imaginé  encontrar  un  amor  tan

                  maravilloso como tú.

                  Dios me tenía reservado para ti, y ahora todas mis penas, mis canciones
                  tristes pasaron hacer bellos versos y cartas de amor.


                  Dices que te sientes extraña sin mí, que nada de lo que te rodea parece
                  estar contigo. Mi sentir es el mismo, todo lo veo como prestado, como que
                  no es mi tiempo, solo vivo para poder encontrarme contigo, mientras tanto

                  solo sueño y te abrazo en mis noches que se hacen eternas sin ti.

                  Todo mi cuarto te nombra, todo lo que hay en mi entorno te respira.

                  Hoy, con la luz que entra por mi ventana, imagino muchos paisajes y

                  tiempos que estaré contigo.

                  Mi cuarto ya no es el mismo, porque está rodeado de mis libros, de mis
                  cartas que te entregan un poco de mí en cada letra.


                  No sé si es verano o invierno, tú llenas de calidez todos mis espacios y no
                  sé vivir sin ti. No le temo a la niebla, no le temo a los meses que pasan por
                  mi calendario, porque en cada número y mes tu nombre está grabado…


                  ¡Cómo nos hace el amor…!

                  Nos pone más tolerantes, nos pone más melancólicos, pero a la vez mucho

                  más alegres.

                  El corazón late de prisa y sonreímos sin que nadie nos vea cuando leemos
                  nuestras cartas tan amorosas.


                  Quizás, solo quizás, para los demás, aquello que escribo no tiene sentido,
                  pero para nosotros lo es todo. ¿Nos amamos, ¿verdad?
   1380   1381   1382   1383   1384   1385   1386   1387   1388   1389   1390