Page 1702 - JULIO
P. 1702

Debo refugiarme en las palabras y te escribo...                                             8

                  No quiero verme así lo sabes, deshojando estas horas que convierten mi
                  tiempo en siglos de añoranza, y no lo niego amor, mis besos desean la

                  dulzura de tus besos, la ternura de tus labios cuando llega el momento y
                  volamos juntos por el cielo inmenso de lo soñado y lo querido, despertando

                  cada frase dormida que diría cuanto significa estar así, como si el entero
                  universo comprendiera que hay mucho más en esta vida que la cotidiana
                  rutina de trabajar y luchar por aquello que nos permite vivir otro minuto

                  más en este mundo.

                  No importa la distancia, callaré mi silencio, lo llenaré con tu nombre y los
                  versos que escribí y escribiré porque te cielo.


                  Abriré  las  persianas  y  hasta  la  luna  misma  se  enterará  que  desde  el
                  instante aquel que te escuché, cuando vi tu rostro maravilloso vestido de
                  sonrisa y esperanza, desde ese día sellaste tu nombre en este corazón que

                  te sueña... sí supieras que me pide que deje atrás todo y tome cuanto antes
                  el camino que más pronto pueda llevarme a ti.

                  Amor, por muy lejano que parezca el momento llegará, todo será entonces,

                  así como quisimos, después de todo será, y me perderé entonces en la luz
                  de tu mirada, allí donde se mece tu sonrisa.

                  Sabes, hay tantas cosas que al escribirte pasan por mi mente. ¿Qué sería

                  de este mundo si no existiera el amor? ¿Te imaginas? No sólo sería un
                  lugar tedioso y sin verdadero motivo para habitar, sería un sitio sin belleza

                  o poesía, sin razones para una hermosa canción o un atardecer que se aleja
                  vestido con los hermosos colores del ocaso. Sería algo así, como despertar
                  sin el trino de las aves que acompañan las primeras horas del alba, o andar
                  por la arena sin escuchar el sonido suave y arrullador de las olas que llegan

                  y vuelven a perderse mar adentro, dando paso a las siguientes que quieren
                  de algún modo besar y acariciar la orilla.


                  No  amor,  no  quisiera  estar  aquí,  ¿para  qué  si  ni  siquiera  hubiera
                  sentimientos de felicidad o tristeza? ¿No es acaso el amor que vive en
                  nosotros y sentimos quien causa dichas emociones? De qué valdría existir

                  si no importara el roce de la piel o los abrazos, ni siquiera la risa juguetona
                  de  los  niños  o  la  felicidad  que  se  siente  cuando  después  de  años
                  encontramos de repente a un amigo de la infancia.
   1697   1698   1699   1700   1701   1702   1703   1704   1705   1706   1707