Page 327 - JULIO
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Eres tú, mi más preciado cuello, donde mi amor, en tiernos versos, sello, con cada palabra, te paralelo, mi amor, mi vida, mi

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                      En el altar de las estrellas, rendí mi admiración, viendo tu dulce rostro, brotó mi inspiración, quién como tú, mi reina,

                                                        quemando en mi pasión, eres la luna llena que ilumina mi canción.







                     Bajo el manto del cielo, en nuestro sagrado rincón, mi alma a ti se entrega, y te brinda su bendición, rayo de luz eterna,

                                                    eres mi amada obsesión, mi corazón despiertas y haces vibrar mi canción.





                   Tus ojos dos luceros, dentro de tu constelación, mi vida en ellos veo, en ellos hallo redención, mirada que hechiza, despierta
                                                                mi devoción, y en cada verso dejo, grabado mi corazón.





                      Tu risa es melodía que entona mi canción, fuente de alegría, mi dulce salvación, en tus labios encuentro, mi dicha y mi

                                                                  emoción, mi vida, mi amor eterno, mi única canción.




                                     En el jardín de tus ojos, mi amor, me pierdo yo, donde la luna se esconde y el sol se vuelve rojo.





                                     Tu risa, dulce melodía que en sueños desenfoco, es el faro que, en mi noche, mi corazón provoco.





                       Amar es un viaje, un vuelo sin motor, un paso en el abismo, un grito en el silencio, pero contigo, mi bella, es solo un
                                                              susurro al viento, una caricia suave, un eterno resplandor.





                   En la pálida arena de tu piel encuentro solaz, donde mis dedos dibujan promesas de eternidad, y en el susurro de tu voz, mi

                                                             febril ansiedad, descubre en cada palabra, un nuevo compás.




                                          Eres mi luna, mi sol, mi mar y mi cielo, mi risa en los días grises, la paz en mi desvelo.





                                           Eres mi todo, mi nada, mi siempre y mi deseo, mi refugio, mi hogar, mi dulce consuelo.





                                      Eres, en fin, el latido que en mi pecho resuena, la melodía que en mi alma eternamente suena.




                                  Eres mi sueño, mi despertar, mi única quimera, mi principio, mi final, mi hoy, mi siempre, mi espera.





                                          Amarte a ti, mi amor, es mi mayor empeño, un desafío, una lucha, un sueño tras sueño.




                                       Y aunque el camino sea incierto, y a veces da miedo, junto a ti, mi amor, todo vale el empeño.





                   Por eso, te entrego este poema, mi amada, como un humilde tributo a nuestra amada alborada, una promesa eterna, una luz

                                                      dorada, que, en el jardín de tus ojos, mi amor, siempre será recordada.




                                                        En el cielo de tus ojos me he perdido, tu risa es mi faro, mi camino.





                                                Por ti, dulce amor, todo he vencido, y en cada gesto tuyo, encuentro mi destino.





                                               Bajo la luna y las estrellas, este amor aflora, y cada día que pasa, más te adoro.




                                                       Eres mi paz, mi vida, mi señora, mi corazón al tuyo, siempre implora.
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