Page 592 - JULIO
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Decir "te cielo"...                                                3



                  Decir te cielo, suena más sincero, más bello, más tranquilizante,
                  desde que tengo recuerdos de nuestro futuro, desde que los días se
                  despiden  antes  de  irse,  desde  que  llegan  las  noches  trayendo

                  atisbos  de  tu  aura,  desde  que  tu  beso  puede  traspasar  toda
                  distancia.


                  Y es que has llegado, y permaneces, como un verso que sueña, y
                  tus labios se convierten en vino que sonríe, sí tus labios, nunca los

                  alejes demasiado de mis pasos, podría caer como un niño que le
                  atraen las escaleras, los lugares olvidados por el mundo, y luego

                  sentirme tan solo sin saber cómo levantarme.

                  Pienso en ti, sólo en ti me gusta pensar cuando todo parece caerse,
                  cuando  todos  parecen  fallarme,  cuando  todos  han  mentido,

                  caminamos  los  mismos  sueños,  por  un  sendero  que  nunca  se
                  bifurca mientras lleguen tus ojos.


                  SÍ,  estoy  convencido  que  tus  ojos  tienen  la  culpa  de que yo me
                  ponga a escribirte todas estas cartas.


                  Llegan frases de algún mes para bendecir tu nombre, el pan, el
                  día,  la  hora  que  llegaste,  el  instante  en  que  me  escogiste  para

                  alojarme en ti, oraciones de amor que lamen el tiempo, ¿Dónde
                  estabas  cuando  el  amor  era  una  palabra  indescifrable,
                  indescriptible, indefinible?


                  ¿Dónde?

                  Tal vez todavía no iba a pasar ningún invierno que me trajera tus

                  brazos,  pero  el  frío  aprendió  a  insinuarme  con  cada  enero  tu
                  nombre, y supe que estabas en los confines de lo posible, que este

                  amor caminaba paralelo desde nosotros hacia nosotros.

                  Ya no saben esconderse estas cartas, estos versos que saben de un

                  amor  sincero,  que  se  cuenta  a  sí  mismo  todas  sus  esperanzas
                  recién nacidas, y revive otras que agonizaban permanentemente

                  negándose a morir del todo.
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