Page 81 - JULIO
P. 81
¡Cuánto te cielo!
12
Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso. Cuánto
quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más, porque aún tengo
mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa frase, pero no me alcanzan
las palabras ¡Y es que no las hay!
Para el amor no existe un diccionario ni un alfabeto, ni una regla ortográfica
ni gramatical definida, y aun as í tiene el maravilloso don de comunicarse en
todo momento, actúa con su propia lógica y posee su caracter ística forma
de expresión, s í, as í es el amor.
¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula de mi
cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por mis venas?
No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles esperando que entiendan
un lenguaje, unas palabras que tratan de explicar algo.
No puedes tomar la energ ía que rodea el cuerpo e intentar hablar con ella,
sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan “un lenguaje propio”, as í es
el corazón que no depende de un lenguaje porque él es autónomo, es capaz
de pensar, decidir y elegir a su antojo, además de ser capaz de comunicarse
en todos los niveles sin tanta dificultad.
ía decir porque no tengo la capacidad de
Te cielo, es lo único que podr
describir ni escribir, mucho menos traducir esto que dice mi corazón, esto
que grita tan alto y tan fuerte, esto que yo puedo entender pero que me
es
imposible de expresar en palabras porque el lenguaje del amor, del corazón,
no está hecho para ser le
ído ni mucho menos para ser comunicado por la
mente, por eso mi mente no lo entiende y no puede traducirlo a palabras,
por tanto, las verdaderas “palabras” del corazón no pueden ser
distorsionadas porque nadie puede transmitir en palabras lo que está hecho
sólo para ser sentido y vivido a través de las emociones, aquello que
denominamos sentimiento.
No tengo idea de cómo puede llegarse a sentir tanto, y no sé si de alguna
manera pueda mostrarte todo lo hay dentro de mi corazón, pero déjame
empezar diciendo que te cielo porque es la única frase que iguala en
intensidad lo que yo siento por ti.