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¡Cuánto te cielo!
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                  Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un beso. Cuánto
                  quiero verte en este instante y decirte muchas cosas más, porque aún tengo

                  mucho por decirte, hay tanto aún detrás de esa frase, pero no me alcanzan

                  las palabras  ¡Y es que no las hay!
                  Para el amor no existe un diccionario ni un alfabeto, ni una regla ortográfica

                  ni gramatical definida, y aun as   í tiene el maravilloso don de comunicarse en
                  todo momento, actúa con su propia lógica y posee su caracter           ística forma
                  de expresión, s  í, as í es el amor.


                  ¿Cuáles  son  las  palabras  que  necesito  para  hablarle  a  una  célula  de  mi
                  cuerpo? ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por mis venas?

                  No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles esperando que entiendan
                  un lenguaje, unas palabras que tratan de explicar algo.


                  No puedes tomar la energ     ía que rodea el cuerpo e intentar hablar con ella,
                  sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan “un lenguaje propio”, as          í es
                  el corazón que no depende de un lenguaje porque él es autónomo, es capaz

                  de pensar, decidir y elegir a su antojo, además de ser capaz de comunicarse
                  en todos los niveles sin tanta dificultad.

                                                     ía  decir  porque  no  tengo  la capacidad de
                  Te  cielo,  es  lo  único  que  podr
                  describir ni escribir, mucho menos traducir esto que dice mi corazón, esto

                  que grita tan alto y tan fuerte, esto que yo puedo entender pero que me
                  es

                  imposible de expresar en palabras porque el lenguaje del amor, del corazón,
                  no está hecho para ser le
                                                ído ni mucho menos para ser comunicado por la
                  mente, por eso mi mente no lo entiende y no puede traducirlo a palabras,
                  por  tanto,  las  verdaderas  “palabras”  del  corazón  no  pueden  ser
                  distorsionadas porque nadie puede transmitir en palabras lo que está hecho

                  sólo  para  ser  sentido  y  vivido  a  través  de  las  emociones,  aquello  que
                  denominamos sentimiento.

                  No tengo idea de cómo puede llegarse a sentir tanto, y no sé si de alguna
                  manera pueda mostrarte todo lo hay dentro de mi corazón, pero déjame

                  empezar  diciendo  que  te  cielo  porque  es  la  única  frase  que  iguala  en
                  intensidad lo que yo siento por ti.
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