Page 43 - Cuentos para el científico que llevas dentro
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En lo que Susana comparaba las entradas, fue a sentarse cerca de la zona de dulcería del cine con cara de pocos amigos. Ella tuvo suerte. A pesar de la cantidad de personas que había, sólo esperó 10 minutos para poder comprarlas. Santiago se sorprendió de la rapidez del proceso. La película, las palomitas y el refresco cambiaron de manera positiva su estado de ánimo. Se dirigieron a casa directamente a descansar. Después de un largo día lo único en lo que pensaba era en dormir.
A la semana siguiente ocurrió exactamente lo mismo. Susana había notado la irritabilidad de Santiago y le preguntó qué le ocurría. Al escucharlo, ella sugirió llevar un registro del número de coches que pasaban mientras el semáforo estaba en verde, el número de personas que había en el banco y el número de personas que llegaban al restaurante mientras esperaba para ordenar su comida. Luego propuso llevar a cabo un juego de adivinanzas. Si ella acertaba tres números registrados, entonces Santiago pagaba las entradas del cine; de lo contrario, ella lo pagaría. Él logró recabar datos durante seis meses y, para mala suerte de Susana, ella tuvo que pagar el cine en todas esas ocasiones. Susana comenzó a pensar que Santiago hacía trampa. Al final del juego, ellos notaron que las cifras no eran constantes, es decir, a pesar de repetir el mismo experimento no obtenían el mismo resultado y esto generaba un poco de desconcierto, ya que los horarios en los que hacía las observaciones siempre eran los mismos. Santiago no se dio cuenta de la valiosa información que tenía en sus manos. Susana y Santiago estaban entrando a terrenos de la Probabilidad y la Estadística.
Situaciones semejantes a las de Santiago nos suceden día a día. Por ejemplo, cuando vamos al banco, cuando vamos a comer e incluso cuando llamamos a “Servicio a Cliente” y esperamos hasta ser atendidos. Al igual que Santiago, podemos recabar datos y jugar con ellos, pero podríamos ir más lejos: estudiar los datos con las herramientas que la probabilidad y la estadística nos ofrecen. Para verlo, imaginemos que tenemos acceso al registro de Santiago correspondiente al cine, en el intervalo de tiempo observado. Representemos con una variable X al número de personas que hay en la fila de venta de boletos y con λ al
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