Page 23 - Diálogos
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Nueva vida
La tierra se fue diluyendo, con el suelo desquebraján-
dose y los ríos desbordándose. De fondo una canción
sin nombre, de frente un atardecer quemado por un
sol que ya no calienta. La tierra se abre y se muestra
tal como es: roja, incandescente. Calcinando todo a su
paso, sin temor a nada, avanzando implacable, lle-
vándose todo, árboles, animales, piedra, risas y llantos.
El tiempo se ha detenido solo en este instante, donde
todo está muriendo, observando, escuchando, abra-
zando a la muerte, como viejos amigos que se reen-
cuentran tras un largo tiempo de ausencia. Y el tiempo
tacha un número más, con su delicada pluma, en la
libreta de la eternidad. Para el es solo una raya más.
Una insignificancia, una entre tantos mundos, tantos
soles moribundos, tanto tiempo, tantos atardeceres ol-
vidados.
Y la muerte, a su lado, solo puede ver como su
creación se va desvaneciendo, poco a poco, sin oponer
resistencia, dejando que se diluya, esperando a que el
tiempo le deje de nuevo volver a construir esa vida,
de la cual es madre.
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