Page 372 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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COMBATES EN EL PAIS DE LOS ORITAS 369
tendría que tocar de vez en cuando la costa, de la que, además, no podría alejarse
demasiado, según las reglas náuticas de aquel entonces. Para que aquella expedi
ción marítima no fracasará y consiguiera su finalidad, o sea abrir una ruta por el
mar del Eufrates al Indo, era necesario, ante todo, hacer que la costa fuese acce
sible a los navegantes, abrir en ella pozos de agua potable, reunir y preparar provi
siones, impedir toda posible resistencia por parte de los habitantes del litoral e
incorporar al imperio a la población de aquella zona, sobre todo a la de los distri
tos más ricos. Tales fueron las razones que movieron a Alejandro a emprender el
regreso por Gedrosia, a pesar de que no podía desconocer las características del
terreno que tendría que atravesar; no le era lícito renunciar al grandioso plan que
se había trazado por consideración a los peligros que llevaba aparejados aquella
expedición; no podía rehuir los peligros que habría de costar necesariamente
aquella empresa de la que él esperaba, y con razón, resultados extraordinarios. El
sátrapa de la Carmania, Sibirtio, habría recibido, indudablemente, instrucciones
para avanzar desdé el oeste hasta donde pudiera, con los elementos más indis
pensables para el ejército expedicionario; y Alejandro habría averiguado, sin nin
gún género de duda, que las tierras colindantes con la India tenían en su interior
bastantes valles fértiles y poblados que, una vez ocupada la región, podrían pro
curar provisiones suficientes para la expedición a lo largo de la costa.
Las tradiciones no nos permiten saber, ni siquiera aproximadamente, qué
número de tropas conduciría Alejandro a través de la Gedrosia. Tal vez podamos
suponer que la flota estaba formada por unos 100 barcos y que su tripulación
ascendía, en total, sobre poco más o menos, a 12,000 hombres y unos 2,000 epi
batas. El ejército a cuyo frente marchaba Crátero por la Arajosia debía de ser con
siderablemente mayor. Según una noticia segura, los efectivos totales de Alejan
dro al entrar en la Alejandría sogdiana eran 120,000 hombres; si descontamos
los 30,000 hombres que permanecieron, aproximadamente, en las satrapías índi
cas y en las ciudades recién fundadas, los efectivos mandados por Crátero y la
dotación de la flota, llegamos a la conclusión de que Alejandro emprendería su
marcha acompañado por unos 30,000 a 40,000 soldados. Consignamos esto aquí
simplemente para recordar lo que es necesario saber para poder formarse una idea
pragmáticamente clara de lo que fué esta expedición de regreso.
Sería hacia fines de agosto del año 325 cuando Alejandro partió de Patala
y de la India. El ejército expedicionario cruzó pronto la cordillera fronteriza y
llegó a los desfiladeros de la parte norte; al noveno día, aproximadamente, llegó
al valle del Ariostromes, habitado del lado de acá por los arbitas y del lado de allá,
hasta las montañas, por los oritas.
CO M BATES E N E L PAIS DE LOS ORITAS
Ninguna de estas dos tribus se había sometido aún al nuevo imperio, razón
por la cual Alejandro dividió en dos su ejército para atravesar su país y, en caso
necesario, devastarlo. Algunas fuerzas mandadas por él mismo, y otras unidades