Page 29 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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PROTOCOLO VII.



                          Por qué deben aumentarse los armamentos.        -Perturbaciones, discordias y
                  odios en todo el mundo.- Represión de la oposición de los Gentiles por las guerras y
                  por la Guerra General.- El Secreto, garantía del éxito en política.- La prensa y la
                  opinión pública.- Los señores americanos, japoneses y chinos.




                         El aumento de los Ejércitos y de la Policía es complemento necesario del plan
                  que hemos expuesto. Es necesario que en todos los Estados no queden fuera de
                  nosotros sino las masas de proletarios, algunos millonarios que nos sean adictos,
                  policías y soldados. En toda Europa, lo mismo que en los otros continentes,
                  tenemos que suscitar la discordia, el odio y el desorden.

                         El provecho de estos disturbios es doble. Por un lado, el respeto de todos los
                  países que así sabrán que podemos, cuando queramos, provocar el desorden o
                  restablecer el orden, por otro, todos los Estados se acostumbrarán de este modo a
                  considerarnos como una carga necesaria. En segundo lugar, nuestras intrigas
                  enredarán todos los hilos que tenemos tendidos en los Gabinetes de las Naciones, y
                  esto por medio de la política, de convenios económicos y arreglos financieros. Para
                  llegar a nuestros fines necesitaremos desplegar una astucia muy grande en el curso
                  de los arreglos y conferencias; pero, en lo que se llama lenguaje oficial, seguiremos
                  una táctica opuesta apareciendo siempre como honrados y conciliadores.

                         De esta suerte, los pueblos y los gobiernos de los Gentiles, a quienes
                  tenemos ya acostumbrados a no ser más que la apariencia de las cosas que les
                  presentamos, nos tendrán una vez más por los bienhechores y salvadores del
                  género humano.

                         A cualquier oposición que surja deberemos estar en aptitud de hacer declarar
                  la guerra por la Nación vecina a los que se atreven a enfrentársenos; y si esta Nación
                  vecina tuviera el atrevimiento de formar una alianza contra nosotros, deberemos
                  rechazarla por una guerra general. El camino que más seguramente lleva al éxito en
                  política es el secreto en todo lo que se emprende: la palabra del diplomático nunca
                  debe estar de acuerdo con sus actos.

                         Debemos obligar con eficacia a los gobiernos Gentiles a obrar según el plan
                  que hemos concebido con amplitud y que toca ya a su fin. La opinión pública nos
                  ayudará; esta opinión pública, que es la gran potencia, la prensa, secretamente ha
                  venido también a caer en nuestras manos. Con pocas excepciones, sin importancia
                  que es inútil tener en cuenta, la prensa toda depende de nosotros.

                         En  una  palabra,  para  abreviar:  he  aquí  nuestro  sistema  de  coerción  de  los
                  gobiernos Gentiles en Europa. A uno, le haremos ver nuestra fuerza por medio de



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