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SALVADOR BORREGO
Las utilidades mayores del 6 u 8% de las sociedades
anónimas quedaron temporalmente como fideicomiso,
para ser repartidas 4 años después, y entretanto ese re-
manente servía para impulsar la economía con nuevos
créditos.
La producción aumentaba y el desempleo disminuía.
Algunos economistas se quejaban de que la baja de
impuestos dañaba al Fisco, pero Hitler les replicaba que
-como contrapartida- la economía general estaba cre-
ciendo y que el Fisco se recuperaría con creces, como
así fue. Dar trabajo y producir más elevaría la economía
nacional.
Paralelamente a las autopistas se mejoraron los ser-
vicios de turismo y éste aumentó 4 7% en los primeros 4
años.
En el primer año de gobierno se decretó exención de
impuestos a los vehículos que se pusieran en servicio
en ese año, y también para los vehículos de carga desti-
nados a la agricultura y la industria.
Se redujeron impuestos por ampliación de talleres o
adquisición de maquinaria. Y asimismo para quienes pro-
dujeran nuevos materiales que ayudaran a disminuir las
importaciones.
También se exentó de impuestos la construcción de
casas propias o de viviendas baratas.
De esa manera se reanimó la industria de la cons-
trucción, fomentada en seguida por una rebaja de fletes
en las compañías de navegación fluvial y en los ferroca-
rriles, para el transporte de materiales.
Los ferrocarriles, que se hallaban hipotecados y gra-
vados con intereses anuales de 290 millones marcos-
oro, volvieron al dominio de la nación. Se les moderni-
zó su equipo, se aumentó la velocidad, se electrificaron
parcialmente y así pudieron ser autosuficientes. Tuvie-
ron su prueba de fuego durante el Congreso del partido
en Nuremberg, para el cual movieron 1 ,200 trenes y
transportaron un millón de pasajeros.
El Ministro de Hacienda, Von Schewrin Krosigk, dijo
acerca de Hitler: "Concebía asuntos financieros con
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