Page 103 - Egipto Tomo 1
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A TRAVÉS DE LA DELTA
¡¡¡¡¡I a el silbato de la máquina la señal de partida, y
desliándonos sobre la via férrea marchamos hacia
el Sud. Las casas y las quintas que distinguimos
á la derecha; los muelles almohadones sobre los
cuales permanecemos sentados; los billetes que nos
han expedido en el despacho; los delgados alambres
tendidos junto á la via, mediante los cuales se comu-
nica el hombre á gran distancia sus pensamientos,
de la propia suerte que los carriles aproximan sus
habitaciones; la forma de las locomotoras, todo, todo
es europeo. Sí, hasta los hogares de las máquinas están
alimentados con carbón, con el negro carbón que nosotros cono-
cemos, y no con fragmentos y restos de momia según les contaba
hace poco á sus lectores un viajero americano! Y sin embargo
estamos en Oriente. Aquí se cimbrean las palmeras: elóvanse
allá esbeltos alminares que ostentan la media luna: el polvo que,
en mayor abundancia de la que fuera menester, penetra en los
coches, es polvo auténtico y legítimo del desierto: el tarbux y el
atezado rostro del revisor de billetes, que se asoma por la
portezuela, no son en manera alguna europeos; y con llevar
dichos billetes las indicaciones puestas en lengua francesa, tienen
á su lado letras y cifras árabes. Las traviesas que sostienen los
carriles ofrecen un aspecto particular, debido á que siendo pobre
en maderas el valle del Vilo, han debido fabricarse de hierro.
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EGIPTO. TOMO I