Page 19 - Egipto Tomo 1
P. 19
ALEJANDRÍA ANTIGUA
El habitante del Norte y del Occidente que
visita el Egipto, empieza generalmente por pisar
el suelo de Alejandría. Cansado del largo viaje
•
por mar y de las imágenes sui generxs que se
lian ofrecido á su mente en aquella extraña
región, procura ante todo aprovechar el des-
canso que le ofrece el silencio de la noche, y cierra los ojos
pensando en su hogar ; mas á deshora interrumpe aquella
solemne calma una voz robusta y penetrante que se difunde
por la inmensidad de los espacios. Es la voz del muezin que
llama á los fieles á la oración; es el tañido de la campana
de los orientales que puesta por la naturaleza en el pecho del
hombre, al dilatarse en sonoras vibraciones, resuena en el
corazón de los que la oyen: es el muezin que con sones
retumbantes y profundos envia sus palabras á la ciudad dor-
mida que se extiende á sus pies. «Más vale la oración que el
sueño,» grita al desvelado, y resuena potente y estremece—
dora su voz, cuando una vez y otra y otra repite: «No hay
más Dios que Dios,» ó la bellísima plegaria que empieza con
estas palabras: «¡Oh Señor, Señor. Señor!»
Antes de levantarnos del lecho para estudiar la actual
Alejandría, umbral europeo del valle del Nilo, volvamos el
FARO DE ALEJANDRIA pensamiento atrás y tratemos de bosquejar una imágen de la
ciudad griega de Egipto, sitio el más famoso de la antigüedad y el ménos distante de nosotros.
EGIPTO. TOMO I. I