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Después de Pomerania. Los españoles supervivientes serian reunificados en la Unidad Ezquerra, el
            cual recibió el rango de SS-Sturmbannführer. Esta unidad quedaría formada por supervivientes de la
            Wallonien, de las compañías de Stockerau, Jagdverband Suedwest, y voluntarios de los trabajadores
            españoles en Berlín, además de españoles que redimían sus penas carcelarias en combate. La unidad
            se acuartelaría en Postdam.

             El 16 de Abril, los soviéticos pasan a la ofensiva en el Oder. Ezquerra y dos de sus compañías, entran
            en  Berlín  ,  antes  de  cerrarse  el  cerco,  donde  combaten  codo  con  codo  con  el  15º  Batallón  SS  de
            fusileros letones, hasta el final.


            La otra compañía, fue enviada a la fortaleza Alpina, a donde no pudo llegar, siendo disuelta en los
            últimos días de la guerra.

             Después  de  la  deserción  hacia  la  Wallonie,  los  dos  batallones  españoles  fueron  disueltos,  siendo
            agrupados en dos compañías que se destinaron a la 357 División de Infantería alemana, combatiendo
            en Eslovaquia en Marzo de 1945, donde sufririan severas bajas.

            Los españoles que defendieron a Hitler


            La  historia  de  Ezquerra,  Martínez  o  Sanchís  apenas  es  conocida.  Ellos,  junto  con  otros  españoles,
            fueron los últimos defensores del anillo formado para proteger el búnker de Hitler, quien el 30 de abril
            de hace ahora 60 años acabó suicidándose

            Los  últimos  defensores  de  la  caverna  berlinesa  de  Hitler  no  fueron  entre  otros  muchos  europeos
            soldados  apellidados  García,  Navarro,  Sanchís  o  Ezquerra.  Más  de  300  miembros  de  las  SS
            españoles y un puñado de franceses de la división Charlemagne, voluntarios en unos casos y forzados
            en otros, fueron reclutados en las calles y las fábricas de la ciudad para participar en el acto final del
            guerra.    Ahora,  cuando  se  cumplen  60  años  del  fin  de  la  IIGM  la  participación  de  este  grupo  de
            españoles en aquella batalla sigue siendo un misterio.

            La caída de Alemania se escenificaba en Berlín y la representaba una tropa exhausta (la germana) y
            otra  con  una  sed  insaciable  de  venganza  (la  soviética).  Con  20  ejércitos,  dos  millones  y  medio  de
            infantes y 40.000 cañones comenzó su asalto el Ejército rojo.

            Miguel Ezquerra, un español que había participado en la Guerra Civil como alférez y que fue oficial de
            la  División  Azul,  era  el  comandante  de  aquella  tropa  heterogénea  que  mezclaba  mecánicos  con
            fanáticos anticomunistas. Sus memorias, Berlín a vida o muerte, relatan cómo cruzó la frontera hacia
            Francia,  cómo  entró  a  formar  parte  del  servicio  de  espionaje  alemán  y  cómo  los  nazis  le
            encomendaron  la  misión  de  reclutar  a  todos  los  hispanos  que  pudiera  para  formar  un  regimiento
            español de las SS.

            Pero...  ¿Dónde  estaban  las  todopoderosas  unidades  panzer  que  habían  conquistado  Europa?  Las
            fuerzas  alemanas que  defendían  el  barrio  de  la  Cancillería  y  su  búnker  ascendían  en  esas  últimas
            horas de guerra a 4.000 hombres, la mayoría ancianos, niños de 11 a 14 años -de las Juventudes
            Hitlerianas-  y  unos  250  pretorianos  de  la  escolta  del  Führer,  más  preocupados  de  fusilar  a  los
            desertores que de combatir.

            Berlín, había perdido dos tercios de sus edificios en los bombardeos aliados. La mitad de su población
            -cuatro  millones  de  habitantes-  había  escapado,  mientras  que  los  que  aún  permanecían  allí  se
            escondían en refugios y sótanos. Sus calles, llenas de cráteres, hedían a cadaverina. Y cientos de
            españoles, sin trabajo y hambrientos, paseaban errantes entre sus bloques amputados.

            Berlín  fue  el  destino  final  de  algunos  ex  combatientes  de  la  División  Azul  (disuelta  en  1943)  que
            siguieron al servicio de los nazis. También reunía a trabajadores que habían sido enviados por Franco
            al principio de la guerra y que se habían quedado en paro después de que los bombardeos aliados
            acabaran con las fábricas de armamento. Miembros de la Organización Todt (formación del partido
            nazi),  falangistas  reclutados  desde  Madrid  y  algunos  presos  españoles  en  cárceles  germanas
            completaban el grupo.




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