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S SA AN N A AN NT TÓ ÓN N
La festividad de San Antón, el 17
de enero, fue un emotivo día de
encuentro con los animales, que en cada
sitio tiene sus formas y tradiciones de
celebrarlo.
En Ocaña, a pesar de la fuerte
tradición y costumbre de hermandades
religiosas, suelen circunscribirse al círculo
de los más allegados o comprometidos.
En la capilla de Jesus, este año, se
ha llevado a cabo la ceremonia religiosa,
con pleno acuerdo entre los componentes
de ambas hermandades, sobre todo
pensando en los frios atardeceres de
Enero.
Este año hemos tenido la
celebracion a las puertas de Santa María
con la presencia de don David y
Francisco Megía y algún que otro hemano
como Antonio Esquinas, que lo son casi
todo en la hermandad, para recibir y
bendecir primeramente a la multitud de
pequeños animalillos, casi la mayoría
perros, aunque no faltaron gatos y otra
menudencia del zoo familiar.
Seguidamente llegaría lo que
podríamos calificar esencialmente de la
caballería ligera, es decir, el grupo de
caballeros y amazonas que en nuestra
localidad gozan del cuidado y atención de
sus queridos caballos. Naturalmente que
no faltaron carruajes.
Tras la lectura de las preces
adecuadas, el oficiante bendijo a tantos
animales como quisieron pasar ante su
hisopo, incluidos mascotas volátiles u
otras que se encerraban en sus
habitáculos por precaución de salir de
estampida y asustar a más de uno.
Nuevamente los hermanos de
San Antón repartieron la tradicional
estampita con la imagen de su patrón
que, como todo el mundo sabe, es capaz
de producir milagros a base de que se
soliciten con la devoción adecuada.
Incluso alguno se llevó la bendición "en
conserva" para los animales que
estaban estabulados o en reposo en sus
respectivos domicilios.
Así que hasta San Antón pascuas
son, aunque sin cohetes para evitar
sustos a los animales (de cuatro patas). Y
otro año más. Con ello se cierra el ciclo
de festividades que se iniciaron allá en el
año pasado, ¿recuerdan?. ¡Cómo pasa el
tiempo.
Nº 181 - Enero 2020
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