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572 Las pequeñas “mentiras piadosas” que inculqué en su mente cuando era
573 pequeño induciéndolo a CREER que su aflicción se convertiría en una gran
574 ventaja, que podría capitalizar, han quedado justificadas. En realidad, no hay
575 nada, ya sea bueno o malo, que una CREENCIA junto con un DESEO
576 ARDIENTE no pueda hacer realidad. Estas cualidades están disponibles para
577 todos. A lo largo de toda mi experiencia con hombres y mujeres con
578 problemas personales, nunca he tratado con un solo caso que demostrara de
579 manera más rotunda el poder del DESEO. Los escritores a veces cometen el
580 error de escribir sobre temas de los que tienen un conocimiento superficial, o
581 muy elemental. Ha sido mi suerte haber tenido el privilegio de comprobar la
582 solvencia del PODER DEL DESEO a raíz de la aflicción de mi propio hijo.
583 Quizás fue providencial que su experiencia se diera de este modo, pues
584 seguramente nadie está mejor preparado que él, para servir como ejemplo de
585 lo que ocurre cuando se pone a prueba un DESEO. Si la Madre Naturaleza se
586 somete a la voluntad del deseo, ¿Es lógico que las personas puedan conquistar
587 un deseo ardiente?
588 ¡Extraño e imponderable es el poder de la mente humana! No comprendemos
589 qué método emplea para que cada circunstancia, cada individuo y cada objeto
590 físico dentro de su alcance sean medios para convertir el DESEO en su
591 equivalente físico. Quizás, la ciencia pueda descubrir este misterio. Inculqué
592 en la mente de mi hijo el DESEO de oír y hablar como cualquier persona
593 normal. Este DESEO ahora se ha convertido en una realidad. Inculqué en su
594 mente el DESEO de convertir su mayor impedimento en su mejor ventaja.
595 Este DESEO se ha cumplido. El método con el que se logró este sorprendente
596 resultado puede describirse sin dificultad, dado que consistió en tres hechos
597 muy concretos; primero, COMBINÉ LA FE con el DESEO de oír con
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