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JEREMÍAS 2:21–36                                           1210
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       árbol frondoso, te acostabas como   28 ¿Y dónde están tus  dioses
       a  ramera.                       que hiciste para ti? Levántense
         21 Y yo te planté,  vid esco-  ellos, a ver si te pueden salvar en
                           a
       gida, simiente verdadera toda    el tiempo de tu aflicción, porque
       ella; ¿cómo, pues, te me has     según el número de tus ciudades,
       convertido en sarmiento de vid   oh Judá, fueron tus dioses.
       extraña?                          29 ¿Por qué contendéis con-
                      a
         22 Aunque te  laves con lejía y   migo? Todos vosotros os rebe-
       amontones jabón sobre ti, la man-  lasteis contra mí, dice Jehová.
       cha de tu iniquidad está delante   30 En vano he azotado a vues-
       de mí, dice Jehová el Señor.     tros hijos; no han aceptado co-
         23 ¿Cómo dices: No soy impura;   rrección. Vuestra propia espada
       nunca anduve tras los baales?    ha devorado a vuestros profetas
       Mira tu proceder en el valle; re-  como león destrozador.
       conoce lo que has hecho, dro-     31 ¡Oh generación!, ved voso-
       medaria ligera que tuerce sus    tros la palabra de Jehová. ¿He
       caminos;                         sido yo para Israel un desierto o
         24 asna montés acostumbrada al   una tierra de tinieblas? ¿Por qué
       desierto, que en su ardiente deseo   ha dicho mi pueblo: Somos libres;
       olfatea el viento; en el tiempo de   nunca más vendremos a ti?
       su celo, ¿quién la detendrá? To-  32 ¿Se olvida la virgen de su ata-
       dos los que la busquen no se can-  vío, o la desposada de sus galas?
                          a
       sarán; en su mes la  hallarán.   Pero mi pueblo se ha olvidado de
         25 Guarda tus pies de andar    mí por innumerables días.
       descalzos y tu garganta de la sed.   33 ¿Por qué adornas tu camino
       Mas dijiste: No hay esperanza,   para hallar amor? Pues aun a
       no, porque a extraños he amado   las malvadas enseñaste tus
       y tras ellos he de ir.           caminos.
         26 Como se avergüenza el la-    34 Aun en tus faldas se halló la
       drón cuando es descubierto, así   a  sangre de las almas de los pobres
       se avergonzarán los de la casa   inocentes; no los hallaste en tu
       de Israel, ellos, sus reyes, sus   búsqueda secreta, sino en todas
       príncipes, sus sacerdotes y sus   estas  cosas.
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       profetas,                         35 Y dices: Porque soy inocente,
                         a
         27 que dicen a un  leño: Mi pa-  de cierto su ira se ha apartado de
       dre eres tú; y a una piedra: Tú me   mí. He aquí, yo entraré en juicio
                                 b
       has engendrado; pues me  vol-    contigo, porque has dicho: No
       vieron la espalda y no el rostro;   he pecado.
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       y en el  tiempo de su calamidad   36 ¿Por qué das tantas vueltas,
       dicen: Levántate y sálvanos.     cambiando tus caminos? También
          20 a GEE Idolatría.  24 a TJS Jer. 2:24    28 a Jue. 10:13–14.
          21 a GEE Viña del       …no la hallarán.   34 a Sal. 106:38.
             Señor, la.        27 a Es decir, a un ídolo.  b Es decir, en estas
          22 a GEE Lavado,       b Ezeq. 8:15–16.       ropas suyas.
             lavamientos, lavar.  c DyC 101:7–9.
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