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1305                                      LAMENTACIONES 2:11–19
            Las vírgenes de Jerusalén ba-     decían que era de  per-
                                                                  c
                                                                 d
             jan sus cabezas a tierra.        fecta hermosura, el  gozo
         11  Mis ojos se consumen por         de toda la tierra?
                a
                                                      a
             las  lágrimas; hierven mis   16 Todos tus  enemigos abrie-
             entrañas.                        ron contra ti su boca;
            Mi hígado se derrama            b  silbaron y rechinaron los
                                b
             por tierra por la  des-          dientes. Dijeron: ¡La he-
             trucción de la hija de mi        mos devorado!
             pueblo,                        Ciertamente éste es el día
            porque desfallecen el niño        que esperábamos; lo he-
             y el niño de pecho en las        mos hallado; lo hemos
             calles de la ciudad.             visto.
         12  Dicen a sus madres: ¿Dónde   17  Jehová ha hecho lo que tenía
             están el trigo y el vino?        a  determinado;
            Desfallecen como heridos en     ha cumplido su palabra que
             las calles de la ciudad,         él había mandado desde
            derramando sus almas en el        tiempo antiguo.
             regazo de sus madres.          Derribó y no perdonó;
         13  ¿Qué testigo te traeré? ¿A     e hizo que el enemigo se ale-
             quién te haré semejante,         grara sobre ti
             oh hija de Jerusalén?          y enalteció el poder de tus
            ¿A quién te compararé para        adversarios.
                           a
             consolarte, oh  virgen hija   18  El corazón de ellos clamaba
             de Sión?                         al Señor:
            Porque grande como el mar       Oh muro de la hija de Sión,
             es tu quebranto. ¿Quién te       corran tus lágrimas como
             sanará?                          un arroyo día y noche;
                a
         14 Tus  profetas vieron para ti    no descanses, ni cesen las
             b  vanidad y necedades.          niñas de tus ojos.
            Y no expusieron tu iniquidad   19  Levántate, da voces en la
             para evitar tu cautiverio,       noche, al comenzar las
            sino que te predicaron vanas      vigilias;
             profecías y engaños.           derrama como agua tu cora-
                         a
         15  Todos los que  pasaban por       zón ante la presencia del
                      b
             el camino  batieron las ma-      Señor;
             nos contra ti.                 alza tus manos hacia él por la
            Se burlaron y movieron sus        vida de tus pequeñitos,
             cabezas contra la hija de      que desfallecen de hambre
             Jerusalén, diciendo:             en las entradas de todas
            ¿Es ésta la ciudad de la cual     las calles.

          11 a Morm. 6:16–22.  15 a Ezeq. 5:14–15.    b O sea, se burlaron.
           b Lam. 3:48.          b Job 27:23.           3 Ne. 16:9.
          13 a 2 Rey. 19:21–22.  c Sal. 50:2; Ezeq. 16:14.  17 a Zac. 1:4–6.
          14 a Hel. 13:26–29.    d Sal. 48:2.           GEE Israel—El espar-
           b GEE Vanidad, vano.  16 a Lam. 3:45–53.     cimiento de Israel.
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