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1309                                       LAMENTACIONES 4:4–16
         4  La lengua del niño de pecho       en la destrucción de la hija
             de sed se pegó a su pala-        de mi pueblo.
             dar;                        11  Cumplió Jehová su enojo,
            los chiquitos pidieron pan,       derramó el ardor de
             y no hubo quien se lo re-        su ira
             partiese.                      y encendió en Sión fuego
         5  Los que comían delicados          que consumió hasta sus
             manjares quedaron deso-          cimientos.
             lados en las calles;        12  Nunca los reyes de la tierra,
            los que se criaron entre car-     ni todos los que habitan en
             mesí abrazaron los ester-        el mundo,
             coleros.                       hubieran creído que el ene-
         6  Y la iniquidad de la hija de      migo y el adversario en-
             mi pueblo es mayor que el        trarían por las puertas de
             pecado de Sodoma,                Jerusalén.
                                                   a
            que fue destruida en un ins-  13 Por los  pecados de sus pro-
             tante y sin que pusieran         fetas y por las iniquidades
             manos sobre ella.                de sus sacerdotes,
                a
         7 Sus  nazareos fueron más         que derramaron en medio
             puros que la nieve, más          de ella la sangre de los
             blancos que la leche;            b  justos,
                                                           a
            sus cuerpos, más sonrosa-    14 andaban como  ciegos por
             dos que el coral, su aspecto     las calles; fueron contami-
             como el zafiro.                   nados con sangre,
         8  Más oscuro que el hollín es     de modo que nadie pudiese
             su aspecto; no se los reco-      tocar sus vestiduras.
             noce por las calles;        15  ¡Apartaos, impuros!, les gri-
            su piel está pegada a sus         taban. ¡Apartaos, apartaos!
             huesos, seca como un             ¡No toquéis!
             palo.                          Cuando huyeron y fueron
         9  Más dichosos fueron los           dispersados, dijeron entre
             muertos a espada que los         las naciones: Nunca más
             muertos por el hambre,           morarán aquí.
            porque éstos murieron poco   16  La presencia de Jehová los ha
             a poco por falta de los          dispersado; no los mirará
             frutos de la tierra.             más.
         10  Las manos de las mujeres       No respetaron la presencia
                      a
             piadosas  cocinaron a sus        de los sacerdotes ni tu-
             propios hijos,                   vieron compasión de los
            que les sirvieron de  comida      a  ancianos.
                              b
          7 a Núm. 6:1–27;     13 a Jer. 5:31; 23:9–11;   14 a Hel. 13:29.
             Deut. 33:16.         32:32–35.          16 a GEE Élder (anciano).
          10 a Deut. 28:57.      b Mos. 17:10;
           b Jer. 19:9.           Alma 60:13.
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