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abandono. Necesitamos, pues, compren- IDENTIFICACIÓN DE PATRONES GRÁFICOS
der la naturaleza del proceso lector y los
factores que intervienen en él cuando lo Resulta claro para todos que, tal y como
que pretendemos es motivar para que muestra la figura I, lo primero que hacen
nuestros lectores es identificar los patro-
lean. Además, la motivación y el proceso
nes gráficos que constituyen las letras,
lector se sustentan en el entorno en que
patrones que, tras ser agrupados en grafe-
se aprende a leer y se desarrolla la lectu- mas y asociados a los correspondientes
ra. Las personas no aprendemos a leer en
fonemas, hacen posible reconocer, inme-
el vacío, sin la mediación de los adultos,
diatamente después, el significado de las
sino que lo hacemos en el entorno creado
palabras. Para ello, María y Javier no des-
por los textos e influidos por el contexto plazan sus ojos de manera continua a lo
que incita a leerlos. Será preciso, pues, largo del texto, sino que van fijando la
examinar el modo en que dicho entorno vista mientras realizan pequeños saltos.
facilita o dificulta la existencia de una Durante cada una de estos intervalos, que
motivación adecuada y de procesos efica- permiten abarcar entre tres y seis caracte-
ces, cuestiones estas que pasamos a exa- res en el punto de mayor agudeza visual,
minar a continuación. Para ello, acompa- se extrae la información del texto. La
ñaremos a dos hipotéticos lectores. duración y la localización de estas fijacio-
nes varían. Al parecer, dedicamos más
tiempo a palabras como los sustantivos,
los verbos y los adjetivos, y mucho menos
COMPONENTES DEL PROCESO
a los artículos, los pronombres, las prepo-
LECTOR Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
siciones y las conjunciones. También
dedicamos más tiempo a las palabras más
Imaginemos a dos pequeños lectores,
largas y a las menos familiares (Just y Car-
María y Javier, que están leyendo un texto.
penter, 1980; Wolverton y Zola, 1983).
Supongamos también que María es una Durante el tiempo de fijación, la informa-
lectora «experta», pero Javier no. ¿Qué ción gráfica queda disponible para que
ocurre en la mente de María y Javier mien- nuestro «ordenador mental» interpre-
tras leen? ¿A qué pueden deberse las dife- te –al parecer de modo inmediato y
rencias que se producen en el grado en sin esperar a que la lectura finalice– su
que una y otro llegan a comprender el significado.
texto? Ocurre, sin embargo, que ya en este
Existe un acuerdo considerable entre primer momento se aprecian diferencias
entre el modo de leer de unos sujetos y
los investigadores cuando se habla de los
otros. Supongamos que María es una lec-
distintos procesos psicológicos o activida-
tora «experta» y Javier no. Pues bien, una
des cognitivas que intervienen en la lectu- de las primeras causas de las diferencias
ra y de cuya eficiencia dependen las
existentes entre ambos puede tener su
diferencias individuales que pueden apre-
origen en el reconocimiento de los patro-
ciarse en la capacidad de comprender lo
nes gráficos. Este reconocimiento se ve
que se lee, y lo mismo ocurre en el caso facilitado, primero, por el grado en que la
de los factores que influyen en tal eficien- instrucción ha posibilitado el aprendizaje
cia. Dichos procesos se recogen en la fi- de los rasgos definitorios de las letras
gura I. (Underwood y Batt, 1996, pp. 10-12),
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