Page 2 - poemario de wilver oswaldo
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Las horas que pasan La espuma tan fresca
Te llevo, en mi ausencia. Me dicta, tu nombre
Al pie de la arena
Camino hacia el rio Las aguas tendidas
Observo sus aguas Se arrastran por si solas.
Las lluvias persisten
Mis lágrimas caen. No puedo esconderme
El paraje es abrupto
Con mis sueños incumplidos
Me siento en reposo Por más que lo intente
El viento, que azota Mi amor es tan puro
La flor encontrada Tan tuyo…tan mío.
Marchita la hora
Tu recuerdo
Te recuerdo un instante Que suenen sirenas
A salto de mata Que sangre mi alma
Mientras contemplo el cielo Me acuerdo de ti.
Prefiero olvidarte
El mar que acompaña Así, en mi memoria
Mi eterna mirada Será un acto de escena
El bosque, que esperaba De obra montada
A horas aciagas. Que al fin… no queda nada.
Me someto al sorbo La hora se acerca
Me embriago de ti El tiempo se acaba
Que pasen las horas Es tarde mi amada
El tengo que ir.
Quiero que seas feliz
En la lúgubre mañana
De un cano aprendido No todo lo que brilla es de oro
Siento tu llanto a diario También hay que saber pulir
Veo tu corazón partido Porque el corazón siendo humano
Por esas verdades amargas También sabe morir.
No quiero que sufras Por eso recoge tu abrigo
Quiero que seas feliz.
Que las penas, no te ahoguen
Que la fustración se muera Abrázame fuerte
Que las lágrimas discunan Recuerda mi dulce amada
Por pálidos caminos Que siempre estaré a tu lado
Quiero que tu rostro sonría Porque quiero que seas feliz.
Mira… que seré el primero
En saberlo advertir.
Esta noche no te vayas
Platicaras conmigo
No quisiera que te vayas Y si estas decidida
Es muy tarde, para partir A abandonar el nido
La noche está muy fría entrégame tus brazos
Hasta que vuelve el día. Entonces será en vano
Tratar de detenerte.
Tu alcoba está impaciente
De acariciar tu cara Solo, te pido esta noche
Tal vez te de un consejo No te vayas
Tal vez no diga nada. Regálame esta ofrenda
Retrásame la muerte.
Mañana muy temprano
Obnubilación
Mis bellos desconsuelos.
Sentí ansias de verte
Mi afín, fue siempre tenerte Mi corazón latía con fuerza
Entre tus bellos recuerdos Mi sangre torrente
Mis labios sedientes Tu imagen candente
Quebraron de pronto. Libraba su oda
En hora lejana
Alcé mi pecho De ojos despiertos.
Voltee mi espalda
Abrí mis sueños