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Más allá de instalar dispositivos ahorradores y trabajar en un cambio cultural, el
sector industrial mexicano se ha concentrado en llevar a cabo esfuerzos a nivel
internacional. "Las empresas hemos ido evolucionado a no solo trabajar con
nuestros procesos productivos, sino cada vez más a participar en plataformas de
acción colectiva que nos permitan tener un verdadero impacto en la salud de las
diferentes regiones donde trabajamos", agrega Hurtado.
Grandes conglomerados como
FEMSA, Grupo Nestlé, CEMEX,
MABE, Grupo Carso, ALFA, entre
otras, además de instituciones
educativas como la Universidad
Nacional Autónoma de México
(UNAM), forman parte del Consejo
Consultivo del Agua. Esta asociación
fue formada hace 18 años por
organizaciones sociales,
académicas y económicas, trabaja
para analizar y evaluar aspectos de
la problemática hídrica de México. También se encarga de proponer medidas,
políticas y estrategias para disminuir el impacto. Una de sus prioridades es el
desarrollo de una mejor legislación.
Elena Burns coincide en que las leyes y su efectiva aplicación es clave para lograr
una industria limpia. "Dentro de Agua para Todxs tenemos muchos empresarios que
quieren producir de una manera limpia, pero un negocio tiene que poder competir y
es imposible competir si se permite incumplir con la normatividad", advierte.
Mejores prácticas para industrias más limpias
Las empresas en México trabajan tanto al interior como al exterior para contribuir al
cuidado del agua. "Necesitamos asegurar agua y saneamiento para todos los
mexicanos, estructurar un marco regulatorio que promueva el buen uso y cuidado
de las fuentes, la protección de los ecosistemas, organismos operadores eficientes
y modernos con tarifas que incentiven eficiencia", dice Carlos Hurtado.
FEMSA ha logrado reducir cerca de un 20% los litros de agua que utiliza por cada
litro de bebida que produce. También trabaja con comunidades a través de
programas como Lazos de Agua, con el que ha llevado líquido limpio y saneamiento
a más de 7,299 personas en México, Guatemala, Nicaragua, Colombia y Paraguay.
Además, ha impulsado la creación de la Alianza Latinoamericana de Fondos de
Agua y del Centro del Agua para la región de América Latina y el Caribe.