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Águila Blanca

8. ―Señor, dentro de algunos días yo me estaré
hundiendo en una cueva (3) para esperar. ¡Oh Dios!
¡Ayúdame Señor! Ciega mis ojos y ensordece mis oídos para
las cosas del mundo, para la popularidad o fama o para
cualquier cosa vana que el mundo pueda ofrecer. Permíteme
quedarme allí, Señor, hasta que escuche esa voz silenciosa y
pequeña. Entonces permite a Tu siervo venir adelante
montado en las alas de un águila, Señor. Concédelo Señor.‖
[¿QUÉ OÍSTE TÚ, ELÍAS? Predicado el 1 de marzo de 1959, en el
Tabernáculo Branham, en Jeffersonville, Indiana, E.U.A. CITAS
página 8-A; párrafo 75.]

9. Luego yo dije: ―Tengo que ir a Jeffersonville y
escribir este libro, porque no sé cuánto tiempo más me queda
para estar aquí. Pero si expreso Esto y es puesto por escrito,
después que yo parta las Palabras perdurarán.‖ Tengo la
historia escrita la cual será puesta en el libro. Lo cual esa
pequeña línea, lo traje tan cerca como pude por medio de la
historia y la Biblia, y mostré que esa cosa ha venido por las
edades de la iglesia, y eso es hoy en día.

10. Y vine aquí para traerlo ante la iglesia para encontrar
la inspiración del Espíritu Santo, porque yo mismo no sabía
estas cosas. Eso es cierto. Eso es en el Nombre del Señor, eso
es cierto: ―no lo sabía.‖ Ahora me siento liberado, siento que
Dios nos ha traído el Mensaje. Creo que estamos al final del
camino, creo que la hora está aquí para que la manifestación
de Dios sea dada a conocer entre nosotros.

11. Y no sé cuánto tiempo más será, pero la hora está
cerca. Estaremos esperando para que se levante ese grande.
Él puede venir en mi día, puede venir en el día de los
jóvenes, no sé. Él puede estar entre nosotros ahora, no
sabemos.

(3) 1Reyes 19:1-9

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