Page 12 - Águila Blanca_Neat
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Prólogo

            12.   El  Espíritu  Santo  está  aquí  para  guiarnos  hasta  ese
           tiempo,  luego  cuando  este  líder  nos  lleve  al  otro  lado  él
           todavía estará ungido por el Espíritu Santo; el Elías lo va
           estar, por supuesto, que a de venir. Pero él va a ser un…el
           líder que hará volver el corazón de los hijos, o el corazón de
           los hijos de nuevo al Mensaje del Padre, de nuevo al Mensaje
           de nuestro Padre Celestial en el día de Pentecostés cuando Él
           derramó Su Espíritu.

            13.   Pero  Él  también  dijo  esto:  ―No  temáis,  manada
           pequeña, a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.‖ Así
           que  todos,  en  ese  día,  ―Quienquiera  que  abra  la  puerta,
           entraré en él, y cenaré con él.‖ Que podamos ser contados,
           mis hermanos, mis hermanas, que podamos ser contados en
           esa manada pequeña en aquel día. Que podamos ser parte de
           esa manada pequeña que estará esperando cuando Él venga,
           al venir Él a recogerla por todo el mundo. [LA EDAD DE LA
           IGLESIA  DE  LAODICEA,  de  la  Revelación  de  Jesucristo,  páginas
           481, 482; párrafos 285, 286, 287, 288, 289, 291, 292. Predicado un día
           por la noche 11 de diciembre de 1960, en el Tabernáculo Branham,
           en Jeffersonville, Indiana, E.U.A]


            14.   Dios, ayúdanos a tomar las alas del águila, tomar cada
           promesa divina que Dios nos ha dado en la Biblia. El águila
           está revolviendo su nido, y si hay alguien que se atreva fijar
           sus alas en la promesa de Dios, en Su Palabra, Dios lo sacará
           de esta miserable, injusta, impía y egoísta vida que está usted
           viviendo y lo hace libre y feliz, para vivir sobre el pecado y
           vivir  una  gloriosa  atmósfera  de  la  que  el  mundo  no  sabe
           nada.  Amén.   [COMO  LAS  ÁGUILAS  EXCITAN  SU  NIDADA,
           páginas  6;  párrafos  31,  32.  Predicado  el  22  de  Enero  de  1961,  en
           Beaumont, Texas, E.U.A.]







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