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Águila Blanca

           614.  Estaba  rompiendo  los  hilos  por  toda  la  cinta
           esforzándome    para  empujarla  así,  y  solamente  no  se
           hacía. La cinta se estaba rompiendo  toda  en  la punta. Por
           lo  cual, al instante oí a alguien detrás de mi decir: ―¿Qué no
           entiendes que   no puedes enseñarles cosas sobrenaturales  a
           niños?‖  Vi  alrededor,  y  estaba  detrás  de  mí.    Reconocí    la
           voz. Él dijo: ―Estas usando la punta incorrecta de la cinta.‖ Y
           vi hacia abajo a la orilla de la cinta que estaba enlazada a un
           fino  octavo  de  una  pulgada,  para  que  pudiera  entrar  en  el
           agujero.  Dije:  ―Yo entiendo.‖    Y mientras que me extendí
           para  levantar  la  cinta,  fui  tomado  otra  vez.  [VISIONES  Y
           PROFECÍAS  páginas  14,  15.  Predicado  el  8  de  Abril  de  1956,  en
           Chicago, Illinois, E.U.A]

           615.  Pero  ¿recuerdan  aquel  zapatito,  y  que  siempre  he
           tratado de explicar cómo es que el alma está próxima a esto y
           que    la  consciencia    interna  y  todo    aquello?    Y  todo  eso
           sirvió  solamente    para  dar    lugar  al  gran  número  de
           imitadores  que  siguieron.  Pero  acuérdense  de  cuando  Él
           me elevó allá y me dijo: “Esto es el Tercer Jalón, y nadie
           la  conocerá”.  ¿Se  acuerdan?  Las    visiones    nunca    fallan.
           Son  perfectamente  la  Verdad.  Yo  me  encontraba  con  un
           zapatito  de  niño  en  la  mano.    Allí  es  donde  siempre  me
           enredo,  con  un  grupo  de  predicadores.  ¿Ven?  Quieren  que
           uno  les  explique  todo  esto,  aquello.  Y  quiero  que  ustedes
           sepan que antes de  yo  conocer  una sola  palabra  de  esto,
           esa  visión  me  llegó hace  muchos años. ¿Recuerdan eso?  Y
           aquí está, igual que esto otro, ensambla perfectamente en la
           Palabra, exactamente donde estaba. Eso muestra que viene de
           Dios,  porque    vean,  esto  encaja  perfectamente  en  las
           promesas de Dios, según el final del Mensaje.  [EL SÉPTIMO
           SELLO, de la Revelación de los Siete Sellos, páginas 510, 513, 514,
           515,  párrafos 262, 263, 291, 292, 303, 304. Predicado un domingo por
           la  noche,  24  de  marzo  de  1963,  en  el  Tabernáculo  Branham,  en
           Jeffersonville, Indiana, E.U.A. Continuado el lunes por la mañana, 25
           de marzo de 1963, en el Motel Sherwood.]

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