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trozo de hielo”. Otras describían el pene diabólico como un trinche.
Las repercusiones del sexo demoníaco tampoco eran muy divertidas. Según
The Witch in History: Early Modern and Twentieth-Century Representations (La
Bruja en la Historia: Representaciones de la Era Moderna y Siglo XX), una mu-
jer llamada Goody Smith confesó haber practicado brujería y asesinado niños.
Afirmó que los demonios sexuales se alimentaban de ella después de copular:
“Sus demonios cuelgan de sus partes y su esposo vio cómo estos diablillos la
chupaban’”.
Estas confesiones de fornicación satánica fueron obtenidas bajo tortura y fue-
ron resultado de una larga cruzada brutal y misógina contra mujeres que no
cumplían con las normas patriarcales. Pero no todos los relatos de sexo so-
brenatural en la era moderna eran tan peligrosos e influenciados. The Book of
Oberon (El Libro de Oberon), por ejemplo, es un grimorio del siglo XVI, un es-
crito mágico que contiene información sobre conjuros y encantamientos. Fue
escrito durante el periodo en que la caza de brujas estaba activa y contiene
claras instrucciones sobre cómo disfrutar del sexo con seres sobrenaturales.
En The Book of Oberon, hay un conjuro para convocar a tres entidades espiri-
tuales para obtener el anillo de la invisibilidad. Para los magos que utilizan este
texto, el conjuro no sugiere que los seres sobrenaturales sean demonios; sin
embargo, es posible que hayan sido interpretados como tal por los teólogos de
la época.
“El conjuro incluye una cuidadosa preparación personal, requiere una cama,
mesa y una habitación, con un círculo y una vara mágica”, explica el exper-
to en ocultismo y traductor del grimorio, Joseph Peterson. “Tres hadas (Micoll,
Titam y Burfex) son llamadas y se entretienen con alimentos y bebidas, luego
una de ellas aceptará quedarse y cumplir tus deseos, incluyendo un anillo de
invisibilidad”.
Según este pasaje, el mago puede escoger a cualquiera de las tres hadas y en-
tonces el hada “se apresurará a descansar en la cama sagrada”. Pero primero, “in-
tentará engañarte, diciendo ‘aún no puedo concederte tus peticiones, pero si te
acuestas conmigo, creo que podré satisfacerte lo suficiente’”. Después del sexo,
sin embargo, “ya no podrás ordenarle cosas, porque serás impuro”. Por suerte, si
lo planeas bien y obtienes el anillo antes de acostarte con ella, después “podrás