Page 28 - Lascivia Noviembre 2017
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Además, el proceso fisiológico de la excitación sexual requiere que, an-
tes de que ocurra el orgasmo, los genitales y áreas circundantes estén bien
irrigados de sangre. Las nalgadas ayudan a lograr esto, ya que los impac-
tos hacen que el flujo sanguíneo se concentre en las nalgas y cerca de los
genitales.
Por todo esto, el trasero es ideal para la práctica de los azotes eróticos, ya
que sus músculos son gruesos, de corta longitud; están protegidos por una
gran capa de tejido graso, y además no protegen ningún órgano hueco que
pudiera resultar dañado por los golpes (siempre y cuando sean sutiles).
Puntos básicos de anatomía
Victoria Zdrok, actriz de pornografía, terapeuta sexual y doctora en psico-
logía clínica por la Drexel University, apunta algunas consideraciones bási-
cas que se deben tener al realizar esta práctica.
· El trasero es una de las principales zonas erógenas, pero a diferencia de
otras como la espalda, el cuello o los senos, sus nervios se encuentran cu-
biertos por profundas capas de grasa. Por ello requieren una estimulación
más fuerte —como las nalgadas— para activarlos.
· Cuando quien recibe las nalgadas es la mujer, estar apoyada sobre la rodi-
lla de su pareja o sobre un cojín, los movimientos que propician los golpes
pueden estimular su clítoris al frotarse contra el punto de soporte, lo que
brinda excitación adicional.
· Es importante siempre golpear en los músculos y no en los tendones.
Hay que tener especial cuidado de no tocar las articulaciones como rodillas,
hombros, etcétera. Una presión inadecuada sobre estas áreas puede produ-
cir inflamación, conocida como tendinitis, que es una lesión grave, y difícil
de curar.
· Recuerda que no se trata del número de azotes, o de qué tan fuertes
son, sino de excitar a tu pareja y estimular de manera distinta un área de su