Page 133 - Historia política y militar de Napoleón Bonaparte, puesta en su verdadero punto de vista
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1 1 2  HISTORIA  DE  NAPOLEON.     1 1 3
 "1803. por  ambos  partidos,  y  se  trabajó  para  velaciones  que  hubiera  hecho  en  su  de-  1803.
 ponerlo  en  obra.  Los  traidores  daban  claracion;  y  por  estos  motivos  el primer
 parte  á  Napoleon  de  cuanto  pasaba;  y  Cónsul  lo hizo  ahorcar  en  la  prisión,  ha-
 cuando  el  primer  Cónsul  tuvo  la  cosa  ciendo  correr  la  voz  de  que  él  mismo  se
 en  sazón  y  reunió  los  datos  necesarios  habia  ahorcado.  Despues  de  quitado  de
 para  poder  sacrificar  á  sus  enemigos con   en  medio  este  enemigo  formidable  de
 apariencia  de  legalidad,  mandó  que  se  Bonaparte,  se emplearon  los medios  mas
 presentase  el  acta  de  acusación,  y  se  atroces  y  sanguinarios  que  pudo  sugerir
 procedió  á  la  prisión  de  todos  los  que  la  malicia,  paraque  el  proceso  ofreciese
 aun  permanecian  fieles  á  la  antigua  di-  los  resultados  que  el tirano  se habia  pro-
 nastía,  ó  manifestaban  adhesi;,  ,o>las  pue^  3  cometieron  bajas  traiciones:
 instituciones  republicanas. Entre  los pre-  se  pagaron  falsos  delatores:  se  dió  tor-
 sos  sobresalian  los  generales  Pickegru y   mento  á  varios:  se  puso  talla  á  las  ca-
 Moreau,  y  el  gefe realista  del  Morbihan  bezas  de  los  prófugos:  se  impuso  la  pe-
    na  de  muerte  á  los  que  diesen  asilo á  los
 Jorge  Cadoudal.  Pichegru,  bajo  cuya di-
    reos  presuntos;  y  la  policía  hizo  esfuer-
 rección  se  habían  formado  los  mejores
    zos  inauditos  para  inclinar  la  opinion
 generales  de  la  Francia,  y  á  quien  el
    pública en  favor  del  proceso.  Fueron  to-
 mismo  Bonaparte  debia  su  primera  ins-
 trucción  en  las matemáticas,  conservaba  dos  ios  esfuerzos  tan  inútiles,  que  Na-
 todavía  grande  influjo entre  los  milita-  poleon  se  vió  obligado,  para  acallar  el
     clamor  general,  á  llamar  cerca  de  sí  al
 res,  y  era  peligroso  condenarle  á  una
     ministro Fouché,  que habia  caido en  des-
 muerte  pública  así  como  lo  eran  las  re-
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