Page 60 - Punto de Fuga_2_Neat
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De repente, se escucha un estruendo seco. Los
detenidos rugen, golpean sus cacharros contra las rejas de las
jaulas. Los penitenciarios tiemblan. El ruido vino de afuera del
Agote.
Un movimiento y jaque.
El director Lomuto, escribe esa misma noche a su
superior inmediato:
“Esta dirección dada la calidad del delincuente
subversivo causante, se considera recordar al
supervisor que este establecimiento no cuenta con
medios de seguridad”.
Ningún supervisor responde. Las noches en el Agote se
vuelven zoológicas. Cecilio y sus colegas presienten el miedo
en la cara de los agentes, entonces aúllan, gimen, hacen vibrar
cada barrote.
Lomuto, fuma y le tiemblan las manos.
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