Page 57 - Punto de Fuga_2_Neat
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Miguel se cayó dos veces, por torpe, cada tanto se
tropezaba con sus propios pies. Así fue que lo atraparon la
primera vez. Ese fue el primer informe pericial que le
hicieron en una comisaría, la 11°: “al escapar de un grupo de 8
o 9 personas que habían arrojado bomba molotov contra
Agencia Fiat de Díaz Vélez 4244. Fue reconocido en el lugar
por un suboficial de esta policía que presenció el hecho”.
¿Ramón? No, de él no dudaba.
Era el mayor y el mejor en todo. Tenía ingresos y
egresos de institutos, comisarías y penales. El repertorio de sus
causas iba desde atentado, resistencia a la autoridad, robo y
lesiones, intimación pública, daño a la orden, entre otras.
Conocía jueces de menores, directores de institutos,
comisarios, en fin. Ramón siempre se adelantaba a todo, podía
calcular si convenía entregarse o huir de acuerdo a la
peligrosidad del adversario. Entendía la guerra en toda su
dimensión. Repetía como enseñanza “Soldado que huye…” y
nunca terminaba la frase.
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