Page 136 - Julito Cabello

En el colegio el Aaró n se estaba
poniendo rosado y miss Coddou seguía
empeñada en hacernos PENSAR. Qué
duro·.
Raro todo, cuando d e repente so nó el
timbre. Abrí la puerta y me encontré con
el cartero. ¿Con internet todavía existen
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los carteros? Bueno, para La C lementina y
Escolástico sí. Habían mandado una foto
de ellos dos vestidos de n och e, abrazando
al chancho.
Si lo veo, no lo creo.
¡Qué crueldad! ¡Jugar con la comida!
Pero no. Atrás de la foto contaban
q ue Porky, la noche antes del matrimo-
nio, se había portado co mo el mejor
perro guardián y había mo rdid o a unos
ladrones que qu erían robarse los regalos
de novios. Entonces le perdo naron la
vida.
¡Viva el síndrome de Estocolmo!
Esa misma tarde mi mamá recibió
un mail de Karla y me llamó para que
viera la foto. Aparecía su amiga con
una nueva lata de Manzo ni, que había
comprado con el cheque gigante de
la exposici.ó n. Karla decía que estaha
feliz, pero que todavía no podía imitar
el estilo de su famoso cuadro café.
(Y era tan fácil).
Mi papá se puso a reír cuando vio las
fotos. Mi mamá también, hasta que vio