Page 16 - Revista_ Roma
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La Fontana di Trevi


               La Fontana di Trevi es la fuente más bella de Roma y la más reconocida a nivel mundial, y preside la pequeña plaza Trevi situada en el distrito Quirinale.

               La Fontana di Trevi es la parte final de Aqua Virgo, el acueducto construido en el siglo 19 a.C que trae el agua  desde el manantial Salone(a unos 20km de Roma) y
               suministra las fuentes del centro histórico de Roma.

               En 1732, el Papa Clemente XII encargó a Nicola Salvi la creación de una gran fuente en la plaza Trevi. Un siglo antes, Bernini había diseñado una fuente para la
               misma plaza, peor el proyecto fue detenido tras la muerte del Papa Urbano VIII. Salvi, basó su obra maestra  en este diseño. La fuente fue completada en 1762.

               El agua de la fontana representa el mar. La leyenda cuenta que si tiras una moneda por encima de tu hombro de espaldas a la fuente, regresarás a Roma.




                                                                                                      La fuente está situada en el cruce de tres calles (tre vie),   manifestar síntomas de locura y a decir que la querían envenenar y
                                                                                                     marcando el punto del Aqua Virgo (en italiano, Acqua           usó la fuente Trevi para tomar agua ya que era la única agua que
                                                                                                     Vergine), uno de los antiguos acueductos que                   pensaba que no estaba envenenada.
                                                                                                     suministraban agua a Roma. Con la supuesta ayuda de la
                                                                                                     Virgen, los técnicos romanos localizaron una fuente de
                                                                                                     agua pura a sólo 22 km de la ciudad (escena representada
                                                                                                     en la actual fachada de la fuente). Esta Aqua Virgo corría
                                                                                                     por el acueducto más corto de Roma directamente hasta
                                                                                                     los Baños de Agripa y fue usada durante más de
                                                                                                     cuatrocientos años. El golpe de gracia a la vida urbana de
                                                                                                     la Roma clásica tardía fue la rotura de los acueductos por
                                                                                                     parte de los asediadores godos. Los romanos medievales
                                                                                                     quedaron reducidos a sacar el agua de pozos
                                                                                                     contaminados y del río Tíber, que también se usaba como
                                                                                                     cloaca.

                                                                                                     La costumbre romana de construir una bella y hermosa
                                                                                                     fuente al final de los acueductos que traían agua a la
                                                                                                     ciudad fue resucitada en el siglo XV, con el
                                                                                                     Renacimiento. En 1453, el papa Nicolás V terminó de
                                                                                                     reparar el acueducto Aqua Virgo y la fuente que
                                                                                                     construyó al final fue una simple pila, diseñada por el
                                                                                                     arquitecto humanista Leon Battista Alberti, para anunciar
                                                                                                     la llegada del agua.

                                                                                                     En 1867 durante la visita de Carlota de México cuando
                                                                                                     acudió a entrevistarse con el papa Pío IX comenzó a
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