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¿Qué fue lo más gracioso que te pasó?

Estas preguntas son las que más me cuestan contestar porque tengo mala memoria (risas). Trato
de aprender de cada una de las experiencias que me tocan vivir. Pero en este caso, creo que dos

o tres anécdotas podrían aplicar bien.

La primera fue cuando viajé por primera vez a un festival de cortometrajes en Pinamar. En ese

momento, mi jefe me había encargado que entrevistara sí o sí a Lorena Muñoz, directora de la
película sobre Gilda, por una pista que teníamos respecto a su nueva película. La cuestión es
que estuve persiguiéndola por la ciudad tres días porque cada vez que la buscaba para

entrevistarla, ella se olvidaba de que había arreglado conmigo. La última vez que la quise
encontrar, me dijo que la esperara en la puerta de un bar y me tuvo tres horas ahí. Finalmente,
esa misma tarde pude cumplir mi tarea y no fallarle a mi jefe. Obviamente, fui el hazmerreír de
todos mis compañeros/amigos que me pasaban por al lado mientras esperaba y no lo podían

creer.

La segunda fue cuando ante el estreno de El ciudadano ilustre, me tocó entrevistar a Andrea

Frigerio. Mientras hablábamos, al lado nuestro estaban los directores y Oscar Martínez. La
cuestión es que charlaban en un volumen tan alto que yo no podía mantener mi concentración.
En un momento, la mente se me puso en blanco y me quedé muda. Andrea me empezó a

consolar y decirme que no pasaba nada. Finalmente, terminé la nota como pude. Claramente, en
ese momento no me gustó para nada pero hoy, a la distancia, me río bastante.

La tercera fue cuando fui al rodaje de una película que se estaba rodando en un country a 60 km
de Bs As. Es muy común que a nosotros nos inviten a este tipo de cosas para poder hacer notas
con los protagonistas y ayudar a la difusión de ese futuro proyecto. La cuestión fue que nos
llevaron a todos en combi y nos prometieron hacer las notas mientras los actores almorzaban.

No solo no hicimos las notas ni nos dejaron ver nada, sino que la gente del country quiso
hacernos un recorrido por el lugar y nos empezaron a ofrecer comprar terrenos en el lugar
porque nos hacían descuentos. Claro está que no volví a casa con las notas, pero me regalaron

una taza divina y una pelota de polo (risas).

¿Cómo conseguiste tu primer trabajo de periodista?

Esta respuesta incluso podría ser una de las anécdotas graciosas de la pregunta anterior. Mi
primer trabajo de periodista (es donde trabajo todavía hoy) lo conseguí por intermedio de uno

de mis profesores de periodismo. Lo gracioso viene de su vinculación con el Papa Francisco.
Resulta que tenía que hacer una nota para su materia y se me ocurrió el tema de las películas del
Papa. Justo en esos días, se estrenaba la que protagonizaba Darío Grandinetti y mi profesor
logró que yo vaya a la privada de prensa (se llama así a las funciones de las películas que se

hacen antes del estreno para que los periodistas podamos hacer las críticas y las notas). Al salir