Page 321 - El Señor de los Anillos
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—No  podernos  hacer  nada  ahora  —dijo  Gandalf—.  Sean  bondadosos  o
      malvados, o aunque no tengan ninguna relación con nosotros, tenemos que bajar
      en seguida. í No esperemos ni siquiera en las rodillas de Caradhras a que caiga de
      nuevo la noche!
        Un  viento  frío  los  siguió  mientras  daban  la  espalda  a  la  Puerta  del  Cuerno
      Rojo  y  bajaban  por  la  pendiente  tropezando  de  fatiga.  Caradhras  los  había
      derrotado.
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