Page 170 - El Hobbit
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merodean por los bosques y molestan a nuestra gente!
—¿Es eso cierto? —preguntó el gobernador; en realidad esto le parecía más
probable que el regreso del Rey bajo la Montaña, si semejante persona había
existido alguna vez.
—Es cierto que el Rey Elfo nos hizo prisioneros por error y nos encarceló sin
causa alguna, cuando regresábamos a nuestro país —respondió Thorin—. Mas ni
candados ni barrotes pueden impedir el retorno anunciado antaño, y no estamos
en los dominios de los Elfos del Bosque. Hablo al gobernador de la ciudad de los
Hombres del Lago, no a los almadieros del rey.
El gobernador titubeó entonces, mirando a unos y a otros. El Rey Elfo era
muy poderoso en aquellas tierras y el gobernador no deseaba enemistarse con él;
además no prestaba mucha atención a canciones antiguas, entregado como
estaba al comercio y a los peajes, a los cargamentos y al oro, hábitos a los que
debía su posición. Otros, sin embargo, pensaban de un modo muy distinto, y el
asunto se solucionó rápidamente sin que el gobernador interviniera. Las noticias
se habían difundido desde las puertas del palacio por toda la ciudad, como si se
tratase de un incendio. La gente gritaba dentro y fuera de la sala. Unos pasos
apresurados recorrían los muelles. Alguien empezó a cantar trozos de viejas
canciones que hablaban del regreso del Rey bajo la Montaña; que fuese el nieto
de Thror y no Thror en persona quien estaba allí, no parecía molestarles. Otros
entonaron la canción que rodó alta y fuerte sobre el lago.
¡El Rey bajo la Montaña,
el Rey de piedra tallada,
el señor de fuentes de plata,
regresará a sus tierras!
Sostendrán alta la corona,
tañerán otra vez el arpa,
cantarán otra vez las canciones,
habrá ecos de oro en las salas.
Los bosques ondularán en montañas,
y las hierbas a la luz del sol;
y las riquezas manarán en fuentes,
y los ríos en corrientes doradas.
¡Alborozados correrán los ríos,
los lagos brillarán como llamas,
cesarán los dolores y las penas,
cuando regrese el Rey de la Montaña!
Así cantaban, o algo parecido, aunque la canción era mucho más larga, y fue
acompañada con gritos y música de arpas y violines. Y en verdad, ni el más