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inflamatoria de las células epiteliales a virus y bacterias, que se manifiestan mediante la secreción de varias citoquinas, reguladas por diversos factores de transcripción de múltiples genes.
Antimicrobiana (antibacteriana, antifúngica, antivírica, antiparasitaria, etc.): la Echinacea purpurea es una planta con una composición química muy heterogénea, por lo que no se conocen exactamente los componentes responsables de estas acciones. Parece ser que es la combinación de todos ellos los que generan sus actividades beneficiosas, al reducir la cantidad de microorganismos patógenos viables, su transmisión y también producir una mejora de los síntomas de la infección.
Existen diversos estudios donde se ha constado la efectividad de la equináca frente a diversas bacterias (Staphylococcus aureus, Corynebacterium diphtheriea, Streptococcus pyogenes, Hemophilus influenzae, Legionella pneumophila, Proteus vulgaris, etc.). El mecanismo de acción de sus componentes (ácido ca- feíco, equinacósido, etc.) para combatir estas infecciones puede deberse a su capacidad dual de matar a las bacterias y revertir sus actividades proinflamatorias.
Otros estudios han demostrado que estimula la capacidad de los macrófagos para destruir hongos como la Candida albicans.
Respecto a su actividad antiviral, los estudios han demostrado que la equinácea es efectiva contra diver- sos tipos de virus (virus de la gripe, virus herpes simple, coronavirus, virus respiratorio sincitial, rinovirus, etc.). De todos ellos remarcaremos algunos. Así, la Echinacea purpurea es una de las plantas más estu- diada y utilizada para la prevención y el tratamiento de gripes y resfriados. Posee una potente acción an- tiviral frente al virus influenza y, específicamente, frente al virus influenza A (H1N1), produciendo cambios directos en la hemaglutinina viral, lo que bloquea la capacidad infectiva del virus. A este efecto se le une su capacidad de mejorar la repuesta del sistema inmunitario, protegiendo a las células de las agresiones víricas, además de su acción antiinflamatoria y de la reducción de la excesiva secreción de mucina por parte de las células en respuesta a los rinovirus. La inhibición del virus es más potente cuanto antes se inicia el tratamiento.
Otros estudios han determinado su acción antiviral contra el virus herpes simplex tipo 1 y 2. Han obser- vado que diversos componentes de la equinácea (alquilamidas, ácido chicórico, derivados del ácido caféico, etc.) actuarían mediante diversos mecanismos: inhibición de la enzima hialuronidasa, bloqueo del receptor viral de la célula huésped y aumento del interferón-alfa. Este último induce la síntesis de una proteína TIP (Traduction Inhibitory Protein) que bloquea la traducción del RNA viral. Se observó una re- ducción significativa de las células Treg (células que presentan una marcada hiperactividad en casos de herpes labiales produciendo inmunosupresión lo que favorece la persistencia viral en dichos pacientes), por lo que concluyeron que la toma de equinácea es una excelente alternativa inmunoterapéutica para pacientes que presentan herpes labiales recurrentes, ya que produce periodos de remisión mayores entre las recurrencias clínicas.
También la equinácea es capaz de controlar el crecimiento de ciertos parásitos (Leishmania donovani, Trypanosoma, etc.) y puede inhibir la actividad inflamatoria inducida por ellos.
Acción antiinflamatoria. La equinácea ejerce esta acción por inhibición de la síntesis de prostaglandinas (responsables de la respuesta inflamatoria alérgica) y leucotrienos (participan en la inflamación crónica). También se ha demostrado que las isobutilamidas y los polisacáridos ejercen un efecto antiinflamatorio debido a la inhibición de las enzimas ciclooxigenasas 1 y 2 (COX I y COX II) y de la 5-lipooxigenasa. Así mismo, las alcamidas y derivados del ácido caféico poseen actividad antiinflamatoria. En otro estudio se demostró que inhibe significativamente la secreción de citocinas proinflamatorias IL-6 e IL-8 de las células epiteliales bronquiales infectadas por el rinovirus.
El ácido cichórico también presenta actividad antiinflamatoria que puede explicar el efecto antiartrítico de la equinácea (disminuye el TNF-α, la IL-1β y las PGE-2), por lo que podría ser útil para el tratamiento de la artritis reumatoide, patología en la que, hasta hace poco, estaba contraindica. También se recomienda en caso de lesiones de músculos y tendones producidas por estiramientos o movimientos repetitivos en ciertos trabajos o deportes.
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