Page 282 - CATALOGO SN
P. 282
11
tos”. Se le atribuyen numerosos beneficios e incluso se dice que contiene más calcio que la leche de vaca y más hierro que la carne de vacuno y, además, no tiene colesterol.
Entre sus numerosas propiedades conviene destacar:
Antioxidante: el kale contiene numerosas y variadas sustancias antioxidantes como el beta-caroteno, la vitamina C, E, flavonoides y otros polifenoles que, además de evitar el daño oxidativo de las células, algu- nos presentan otras funciones muy importantes. Por ejemplo, la quercetina y el kaempferol tienen efectos cardioprotectores, normalizadores de la presión sanguínea, antiinflamatorios, antialérgicos, antivirales, antidepresivos y antitumorales, entre otros.
Los flavonoides del kale no sólo tienen una poderosa función como antioxidantes sino que además son compuestos de gran poder antiinflamatorio, siendo fundamentales para la prevención de la inflamación crónica y el estrés oxidativo celular.
Antianémico. El kale es una buena fuente de hierro de origen vegetal y aunque la biodisponibilidad de este mineral es limitada, la vitamina C que contiene contribuye a incrementar su absorción en el organis- mo. También contiene clorofila y ácido fólico, además de otros minerales y vitaminas, por lo que puede ser útil en anemias y otros estados carenciales leves.
Protector de la vista: los carotenoides luteína, zeaxantina y el betacaroteno, junto con la vitamina A, son nutrientes fundamentales para la salud ocular y para prevenir enfermedades oculares como las cataratas o la degeneración macular relacionada con la edad avanzada. Son los principales pigmentos que se en- cuentran en retina humana y protegen la mácula del daño causado por la luz ultravioleta y las radiaciones, mejoran la visión y reducen el daño oxidativo al eliminar las especies reactivas de oxígeno.
Protege los huesos: el kale es fuente de minerales, principalmente calcio, pero también magnesio y fós- foro, además de vitamina K, que son imprescindibles para mantener una masa ósea adecuada y prevenir la osteoporosis. La vitamina C y K ayudan a que el calcio se fije mejor en los huesos. Pero, además, al tener un escaso contenido en oxalatos, permite que el calcio sea mejor aprovechado por el organismo.
Antihemorrágico: el alto contenido en vitamina K favorece la coagulación de la sangre, lo que puede ser de utilidad para aquellas personas que sangran con facilidad (por la nariz, por hemorroides, etc.) o para las mujeres que tienen menstruaciones muy abundantes. Además, por el contenido en hierro, el kale ayuda a reponer las pérdidas de este mineral que se producen como consecuencia del sangrado y que, a largo plazo, pueden producir anemia leve.
Ayuda en las dietas de control de peso: gracias a su bajo aporte energético, el kale es un alimento muy aconsejable en las dietas para perder peso. Se puede introducir en muchos platos en las dietas ya que tiene efecto saciante. Por su alto contenido en agua y potasio y bajo en sodio tiene un efecto diurético que puede ayudar a eliminar el exceso de líquidos, los compuestos azufrados facilitan la detoxificación hepática y ayudan a depurar el organismo. También puede ayudar a reducir los factores de riesgo cardio- vascular que conlleva el sobrepeso.
Cardiosaludable: se ha comprobado que la ingesta de kale a modo de suplemento ayuda a elevar el colesterol bueno o HDL y reducir el colesterol malo o LDL, disminuyendo así el índice aterogénico y mejo- rando el perfil lipídico en el organismo. Su alto contenido en potasio y bajo en sodio contribuye a regular la presión arterial y el ácido fólico, a mejorar la salud cardiovascular.
Protege frente a algunos tipos de cáncer como el de vejiga, colorrectal, gástrico, pulmón, próstata, páncreas y mama. Las propiedades antitumorales del kale se relacionan, por una parte, con el contenido de diferentes compuestos azufrados como el indol-3-carbinol o el S-metil-cisteín sulfóxido, que inhiben enzimas involucradas en la transformación de agentes pro-mutágenos y, por otra parte, con la fibra y compuestos polifenólicos como la quercetina.
El efecto preventivo en el caso del cáncer de mama se atribuye al indol-3-carbinol. Este compuesto, al inducir las enzimas CYP1A1 y CYP1A2, modifica el metabolismo de los estrógenos, desviándolo hacia la formación del metabolito 2‐alfa-hidroxiestrona, que parece tener un efecto protector frente al cáncer de mama, en detrimento de la formación del metabolito 16‐alfa‐hidroxiestrona, que parece favorecer el
282
LOS VERDES