Page 84 - Libro El Perú en la Antártida

EL PERÚ EN LA ANTÁRTIDA
Posteriormente, en 1947, Estados Unidos llevó a cabo la Operación Highjump, que configuró la mayor presencia militar que país alguno había enviado a la Antártida: cerca de cinco mil hombres y trece buques de guerra. Si bien se adujo que el motivo de aquella expedición era poner a prueba la capacidad de las tropas ante condiciones de frío extremo, en realidad era una manifestación sutil de extensión y consolidación de la presencia norteamericana ante pre- tensiones de otros países e influencias, en especial de la soviética. A las aspi- raciones de los distintos países se superponía el interés de las dos grandes potencias: eran los tiempos de la Guerra Fría.
Por aquellos años también los conflictos de intereses sobre tierra antártica se materializaron en choques efectivos de fuerza bélica, como los entablados entre fuerzas británicas con sus similares argentinas. El patrullaje en aguas cercanas por parte de los Estados, que mantenía aspiraciones en territorio antártico, se volvió una constante en aquellos días.
Pero, como ocurre siempre en la historia humana, ante pasos de retroceso siempre se dan avances. Los conflictos, pugnas y escaramuzas provocaron una reacción tendiente a la cooperación y desarrollo conjunto. Si el periodo posguerra había visto el surgimiento de una “cortina de hierro” que dividía al mundo; también era testigo del nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas, con el objetivo de buscar un camino en común y de apoyo entre nacio- nes. Para el caso de la Antártida se empezó a notar imperiosa la necesidad de contar con un instrumento que sirviera de base para lograr una presencia humana, pero de convivencia armoniosa.
AÑO GEOFÍSICO INTERNACIONAL
Fuera de los avatares políticos que dominaban la escena en esos años, un hito importante se marcó en el ámbito científico, con un acontecimiento que involu- craba estudios y proyectos de índole científico para el conocimiento de nuestro planeta. Para ello, desde 1952 el Comité Internacional de la Comunidad Cien- tífica (IGSU) estableció la conformación de un Comité Especial. Diversos países se unieron para trabajar en coordinación con los denominados Centros Mun- diales de Información, los cuales ponían a disposición datos científicos para su procesamiento y estudio. Este evento sin precedentes no sólo se limitó al ámbi- to terrestre sino que ya propugnaba por la exploración espacial, proceso en el que EEUU y la URSS llevaban la batuta.
En 1954, se destacaron dos programas, siendo uno de ellos el de la Antártida. Ello motivó la Primera Conferencia Antártica en 1955 con el fin de coordinar las expediciones, las cuales contarían con bases costeras para el estable-
Logo del “THE SCIENTIFIC COMMITTEE ON ANTARCTIC RESEARCH”.
cimiento de estaciones permanentes. En 1957 se dio lugar al Año Geofísi- co Internacional (AGI), con incesante actividad científica y cooperación entre países que marcaría el rumbo para el tan ansiado acuerdo político para aca- bar con las pugnas políticas y militares en el continente. En ese año surgió el Comité Especial para las investigaciones Antárticas, que agrupó a 12 países que habían tenido experiencias antárticas. Este grupo tomaría luego el nom- bre de Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR), el cual subsis- te hasta hoy día habiendo sido merecedor del premio Príncipe de Asturias de Cooperación en el año 2002, por los trabajos realizados en el conocimiento de la Antártida.
EL TRATADO ANTÁRTICO DE 1959
El presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, propuso en el marco de las actividades del Año Geofísico Internacional, la celebración de un tratado, cuya fase de preparación se realizó en 1958. Al año siguiente, luego de varias reuniones diplomáticas se llegaría a diciembre de 1959, cuando se firmara finalmente el denominado Tratado Antártico.
En líneas generales el Tratado versaba principalmente sobre la libertad y coo- peración en materia de estudios científicos de la Antártida. Si bien propugna- ba por la desmilitarización de la zona, no abordaba ni definía mayormente el
84