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manos, y las glándulas que rodean sus ojos expul-
                                                                       san el agua salada en forma de lágrimas. Sus bo-
                                                                       cas nos recuerdan a picos de aves, tal vez porque
                                                                       las tortugas comparten un antepasado común
                                                                       con los pollos. A excepción de las laúd, todas
                                                                       poseen una capa de piel gruesa y esqueletos

                                                                       óseos cubiertos con placas de queratina, mate-
                                                                       rial que también encontramos en los cuernos de
                                                                       rinoceronte y en nuestras propias uñas. Sin em-
                                                                       bargo, cada especie es muy particular. Las carey
                                                                       benefician los arrecifes al consumir las esponjas
                                                                       que sofocan los corales. Las caguamas utilizan
                                                                       sus poderosas mandíbulas para triturar cangrejos
                                                                       herradura, mientras que las laúd se alimentan de
                                                                       medusas y chorros de mar (ascidiáceos), y pueden
                                                                       migrar fácilmente de Japón a California.
                                                                          Las tortugas marinas se separaron de sus con-
                                                                       géneres terrestres hace más de 100 millones de
                                                                       años. Sobrevivieron al asteroide que arrasó con
                                                                       los dinosaurios y, hace dos millones de años,
                                                                       evitaron una extinción marina que redujo sus
                                                                       poblaciones a casi la mitad. Las especies moder-
                                                                       nas aparecen en las playas de todos los continen-
                                                                       tes, excepto en la Antártida, y nadan en todas las
                                                                       aguas tropicales templadas.
                                                                          Forman parte de nuestras historias (la mito-
                                                                       logía china afirma que el cielo descansa sobre
                                                                       las patas de tortugas marinas) y recurrimos a
                                                                       ellas para curarnos (en África occidental había
                                                                       la creencia de que la carne de tortuga podía com-
                                                                       batir la lepra; hoy día, sus huesos y placas se usan

                                                                       como medicina desde China hasta México).
                                                                          A lo largo de casi toda esta historia comparti-
                                                                       da, las tortugas no solo sobrevivieron, sino que
                                                                       prosperaron. “Eran las mayores y el mar estaba
                                                                       lleno de ellas; tan numerosas que parecía que

                                                  Ida Mamarika y su    los barcos iban a encallar”, escribió un sacerdo-
                                                esposo, Christopher    te español acerca de las tortugas marinas que
                                                Maminyamanja, visi-    avistara Cristóbal Colón en 1494, durante su se-
                                               tan una cueva en una
                                               isla de la costa norte   gunda expedición a Cuba.
                                                de Australia, donde       Algunos científicos creen que el Caribe preco-
                                               la imagen de una tor-   lombino pudo haber albergado hasta 91 millones
                                              tuga verde forma par-
                                                te de una galería de   de tortugas verdes adultas, casi 10 veces la po-
                                                arte rupestre abori-   blación adulta de todas las especies de tortugas
                                              gen que podría tener     marinas modernas.
                                                al menos 5 500 años
                                             de antigüedad. El clan
                                               de Mamarika venera      UNA NOCHE OSCURA  en Costa Rica, Helen Phea-
                                             esta especie como tó-     sey y yo cruzamos una playa lluviosa bajo la luz
                                              tem o espíritu animal.
                                                                       rojiza de una linterna. Candidata doctoral que
                                                                       investiga el mercado negro de reptiles, Pheasey

                                                                       trabaja para una organización de conservación
                                                                       estadounidense llamada Paso Pacífico. Lleva en
                                                                       el bolsillo un señuelo de huevo de tortuga en el



                                                                            A PE S AR DE NOSO TR OS , SOBREVIVEN         61
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