Page 63 - prueba
P. 63
manos, y las glándulas que rodean sus ojos expul-
san el agua salada en forma de lágrimas. Sus bo-
cas nos recuerdan a picos de aves, tal vez porque
las tortugas comparten un antepasado común
con los pollos. A excepción de las laúd, todas
poseen una capa de piel gruesa y esqueletos
óseos cubiertos con placas de queratina, mate-
rial que también encontramos en los cuernos de
rinoceronte y en nuestras propias uñas. Sin em-
bargo, cada especie es muy particular. Las carey
benefician los arrecifes al consumir las esponjas
que sofocan los corales. Las caguamas utilizan
sus poderosas mandíbulas para triturar cangrejos
herradura, mientras que las laúd se alimentan de
medusas y chorros de mar (ascidiáceos), y pueden
migrar fácilmente de Japón a California.
Las tortugas marinas se separaron de sus con-
géneres terrestres hace más de 100 millones de
años. Sobrevivieron al asteroide que arrasó con
los dinosaurios y, hace dos millones de años,
evitaron una extinción marina que redujo sus
poblaciones a casi la mitad. Las especies moder-
nas aparecen en las playas de todos los continen-
tes, excepto en la Antártida, y nadan en todas las
aguas tropicales templadas.
Forman parte de nuestras historias (la mito-
logía china afirma que el cielo descansa sobre
las patas de tortugas marinas) y recurrimos a
ellas para curarnos (en África occidental había
la creencia de que la carne de tortuga podía com-
batir la lepra; hoy día, sus huesos y placas se usan
como medicina desde China hasta México).
A lo largo de casi toda esta historia comparti-
da, las tortugas no solo sobrevivieron, sino que
prosperaron. “Eran las mayores y el mar estaba
lleno de ellas; tan numerosas que parecía que
Ida Mamarika y su los barcos iban a encallar”, escribió un sacerdo-
esposo, Christopher te español acerca de las tortugas marinas que
Maminyamanja, visi- avistara Cristóbal Colón en 1494, durante su se-
tan una cueva en una
isla de la costa norte gunda expedición a Cuba.
de Australia, donde Algunos científicos creen que el Caribe preco-
la imagen de una tor- lombino pudo haber albergado hasta 91 millones
tuga verde forma par-
te de una galería de de tortugas verdes adultas, casi 10 veces la po-
arte rupestre abori- blación adulta de todas las especies de tortugas
gen que podría tener marinas modernas.
al menos 5 500 años
de antigüedad. El clan
de Mamarika venera UNA NOCHE OSCURA en Costa Rica, Helen Phea-
esta especie como tó- sey y yo cruzamos una playa lluviosa bajo la luz
tem o espíritu animal.
rojiza de una linterna. Candidata doctoral que
investiga el mercado negro de reptiles, Pheasey
trabaja para una organización de conservación
estadounidense llamada Paso Pacífico. Lleva en
el bolsillo un señuelo de huevo de tortuga en el
A PE S AR DE NOSO TR OS , SOBREVIVEN 61