Page 63 - III Concurso Literario
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lo alejó de España.”
Era una balada de Alberto Cortez que siempre escuchaba cuando niña, y si bien habla de
un abuelo que partió de España, ella siempre la cantaba y cambiaba esa palabra por
“Italia.” La cantaba con su nannu, quien siempre terminara derramando un mar de
lágrimas. Nannu, así era como se llamaba a los abuelos en dialecto siciliano. El mismo
había dejado su Italia querida allá por el año cincuenta y seis. Viajaron en barco treinta
días Nanu, Nanna, Tío Carmelo, Rosario (su papá) y la tía María. El tío Carmelo tenia
dieciocho años y se pasó los treinta días llorando. Su papá con once años, lo había
tomado como una aventura y le había contado que él se reía y se burlaba del llanto de su
hermano, producto de la inmadurez de su edad y de no ser totalmente consciente de que
este era un viaje sin retorno. Pero ni bien el barco comenzó a alejarse de Nápoles, lugar
desde donde habían partido, algo cambió; se dio cuenta que no regresaría nunca más.
Rompió en llanto y se abrazó a su hermano muy fuerte. En el barco todos los días se
juntaban y tocaban melodías italianas para aminorar la profunda tristeza de partir, y a la
vez comentaban entre ellos que debían hacerlo para no olvidar su tierra querida. Su tía
Mary era muy chiquita, cuatro años y no recuerda mucho. Su nanna no quería irse de su
país pero Italia había quedado destruida después de la Segunda Guerra Mundial, eran
tiempos de escasez y desolación. No había trabajo, no había comida, su nannu le había
contado que salía con su papá a cazar conejos, y el día que encontraban uno volvía a
casa con una felicidad inmensa y nanna, su abuela, enseguida se preparaba para
cocinarlo.
Rápidamente pensó que debía cruzar esa puerta y no esperar un segundo más. Tomó
coraje y empujó el portón con su mano, esperaba encontrar un patio, flores, plantas de
naranjas, de higos, limones, nísperos, tunas, había pensado en eso todo el viaje. Sin
embargo ni bien abrió la puerta una luz incandescente cubrió sus ojos, tan brillante e
intensa que un sentimiento de desasosiego invadió todo sus ser, comenzó a entrar muy
despacio hasta que llegó a un pasillo y se detuvo, escucho una voz:
-Te estaba esperando- dijo
-¿Quien eres?-
-Un cuerpo de luz - contestó la voz
Se detuvo sin saber que decir o hacer. Pensó -Es imposible que un cuerpo de luz me
esteé hablando.
-Tengo la facultad de poder comunicar a las personas con seres del más allá- replicó la
luz
-Eso no es posible -contestó
-Lo es, sólo tienes que confiar en mí. Tu nannu quiere comunicarse con vos, y yo estoy
aquí para concederte ese deseo. Se que lo ansias desde hace mucho tiempo. Tu nannu
quiere que te transmita que está muy feliz y muy emocionado por ese bello poema que
has escrito en su memoria.
Entonces era verdad, ¿Como podía la luz saber de su poema, el cual había escrito hace
un tiempo atrás? Comenzó a repasar mentalmente sus estrofas: