Page 59 - III Concurso Literario
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Helen suspiró profundo, y le mandó otro mensaje a su amiga Lily: ´Fracaso. Necesito plan
B. ¿Ideas? Si no entrego este trabajo repruebo la materia.´ A los minutos su amiga
respondió: ´¿Qué celular tiene tu madre?´ Helen, sorprendida, respondió a su pregunta:
IPhone 3, igual que el mío. ¿Por qué?´ ´Tengo un plan.´ Escribió su amiga.
Nuestra protagonista agarró su celular y le sacó la funda, lo mismo hizo con el celular de
la mamá. Su acción fue rápida y sencilla: Intercambió las fundas. ´Ya tengo excusa para
ir.´ Pensó Helen.
Al día siguiente, 11 de Septiembre, Helen observó detenidamente a su madre cruzar la
calle e irse en un taxi al trabajo, vestida con un traje barato de oficina. Al ver al taxi
alejarse, Helen se dirigió hacia la estación de colectivos, y se subió al que tenía el número
27.
Al llegar a Las Torres Gemelas, en la entrada, el guardia de seguridad no la dejó pasar.
´Hola, mi madre y yo sin querer intercambiamos los teléfonos, estoy aquí para
devolvérselo.´ Dijo Helen, sabiendo que la dejaría pasar porque la conocía. (Al final que
las madres no paren de hablar de sus hijos en el trabajo sirve de algo.)
Al entrar, subió hasta el piso donde trabajaba su madre y una señora llena de canas y
verrugas le preguntó que hacía allí, Helen nuevamente explicó la situación y antes de
seguir adelante le preguntó: ¿Usted quién es? ´La subgerente.´ Respondió la señora.
´¡Ah! Ya que forma un papel importante en la empresa le quisiera preguntar algo. ¿Cómo
es un día normal en esta empresa? La señora respondió: ´Bueno, es un día como hoy…´
No dio tiempo a escuchar la respuesta debido a que en un abrir y cerrar de ojos un avión
a la velocidad de la luz estalló contra La Torre, 8 pisos encima de donde estaba Helen,
produciendo una explosión, generando el drama y las lágrimas en todo Manhattan.
Helen cayó al piso violentamente, se golpeó la cabeza contra la pared, dejándola
desconcertada. Se levantó como pudo, tardó un par de segundos en recuperar la
conciencia, y de darse cuenta de que si no actuaba pronto, su vida acabaría, en una de
Las Torres Gemelas.
Todo el edificio comenzó a llenarse de humo, lágrimas, fuego y sufrimiento. Todo era gris,
no se podía ver absolutamente nada. Gente se desvanecía por el calor y por el humo,
otros consiguieron escapar, algunos fueron aplastados por alguna superficie o por el avión
en sí, y la minoría simplemente saltaba del edificio, acabando con su vida, antes de que el
avión suicida acabara con ellos.
Ashley, sin saber que su hija estaba sufriendo y experimentando esa misma experiencia,
comenzó a bajar por las escaleras lo más rápido que pudo. Al bajar 2 pisos, una pedazo
del techo le golpeó la cabeza, obligándola a caer en el suelo, desmayada.
Su hija, sin lograr ver absolutamente nada, intentaba dirigirse a la escalera. En el camino,
tropezó con un cuerpo pequeño, desvanecido. Rápidamente, con mucho esfuerzo, la
cargó en la espalda. Al llegar a las escaleras, tropezó con un montón de cuerpos
amontonados en el primer escalón. Rodó, rodó y rodó 2 pisos, hubiera seguido cayendo,
pero otro cuerpo la detuvo. Ni bien logró estabilidad, agarró el bendito cuerpo que la había
salvado de seguir cayendo y, con muchísimo esfuerzo y dolor, lo cargó en su espalda.