Page 7 - Materiales de aprendizaje_Sesión 03
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 También pueden ser continuos o intermitentes; esto significa que la recompensa puede darse cada vez que el sujeto lleve a cabo la conducta objetivo o bien de vez en cuando (aunque siem- pre como consecuencia de una emisión de la respuesta deseada). El reforzamiento continuo es más útil para establecer conductas y el intermitente para mantenerlas. Así, teóricamente un perro aprenderá más rápido a dar la pata si le damos un premio cada vez que nos ofrezca la pata, pero una vez aprendida la conducta será más difícil que deje de hacerla si le damos el reforzador uno de cada tres o cinco intentos.
Al aplicar técnicas operantes para reducir conductas conviene tener en mente que, dado que estos procedimientos pueden ser desagradables para los sujetos, siempre es preferible utilizar los menos aversivos cuando sea posible. Asimismo estas técnicas son preferibles a los castigos positivos. A continuación presentamos un listado de estas técnicas en orden de menor a mayor potencial de generar aversión.
Se deja de recompensar una conducta que había
sido reforzada con anterioridad. Esto disminuye la probabilidad de que la respuesta vuelva a darse. Formalmente la extinción es lo opuesto al reforzamiento positivo. A largo plazo la extinción es más eficaz para eliminar respuestas que el castigo y el resto de técnicas operantes para reducir conductas, si bien puede ser más lenta. Un ejemplo básico de extinción es lograr que un niño pare de patalear simplemente ignorándolo hasta que se dé cuenta de que su conducta no tiene las consecuencias deseadas
(por ejemplo el enfado de los padres, que funcionaría como reforzador) y se harte.
En este procedimiento, a la conducta del sujeto le si-
gue la ausencia de la recompensa; es decir, si se da la respuesta no se obtendrá el reforzador. Un ejemplo del entrenamiento de omisión podría ser que unos padres impidan a su hija ver la televisión esa noche por haberles hablado de forma irrespetuosa. Otro ejemplo sería el hecho de no ir a comprar los juguetes que los niños piden, si estos se portan mal. En ámbitos educativos, además, sirve para favorecer que se valoren más los esfuerzos que otras personas hacen para contentar a los pequeños y que estos, al haberse
acostumbrado a estos tratos, no valoran.
Son un subtipo especial de pro- grama de reforzamiento que se utiliza para reducir (no eliminar)
las conductas objetivo aumentando otras respuestas alternativas. Por ejemplo, se podría premiar a un niño por leer y por hacer ejercicio y no por jugar a la consola si se pretende que esta última conducta pierda valor reforzante. En el reforzamiento diferencial
de tasas bajas se refuerza la respuesta si se da un determinado
periodo de tiempo después de la última vez que se produjo. En el reforzamiento diferencial de omisión el refuerzo se obtiene si, después de un periodo de tiempo determinado, la respuesta no se ha producido. El reforzamiento diferencial de conductas incom- patibles consiste en reforzar respuestas incompatibles con la con- ducta problema; este último procedimiento se aplica a los tics y la onicofagia, entre otros trastornos.
    TÉCNICAS OPERANTES PARA REDUCIR O ELIMINAR CONDUCTAS
1. EXTINCIÓN
2. ENTRENAMIENTO DE OMISIÓN
3. PROGRAMAS DE REFORZAMIENTO DIFERENCIAL



















































































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