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Naturalismo e impresionismo








                  mente,  campeón  de  los  trabajadores.  Como consecuencia de  la  in­


                  seguridad  de su propia existencia, siente  una cierta comunidad  de


                  destino  con  el  proletariado,  y  este sentimiento de  solidaridad au­


                  menta su perpetua disposición a conspirar contra 1a burguesía y to­



                  mar parte  en la preparación de la revolución  anticapitalista.


                            En la bohemia, los puntos de contacto entre la intelectualidad



                  y el proletariado sobrepasan ampliamente los límites de este senti­


                  miento general  de simpatía.  La bohemia es, desde  luego, sólo una


                  parte  del  proletariado.  En  cierto  aspecto  representa  la  perfección,


                  pero  también  la  caricatura de  la  intelectualidad.  Realiza la eman­


                  cipación de la intelectualidad  frente a la burguesía, pero al  mismo



                  tiempo  transforma  la  lucha  contra  las  convenciones  burguesas  en


                  una  idea  fija  y  a  menudo  en  una  especie  de  manía  persecutoria.


                  Realiza,  por  una parte,  el  ideal de la plena concentración en  obje­



                  tivos espirituales, pero al mismo tiempo abandona los restantes va­


                  lores  de la vida y  hace pensar al  espíritu vencedor de  la vida sobre


                  el  sentido  de  su  victoria.  Su  independencia  frente  al  mundo  bur­


                  gués  demuestra  ser  una  libertad  aparente,  pues  siente  su  aleja­



                  miento de la sociedad como una culpa grave,  aunque  no  reconoci­


                  da;  su  arrogancia  se  descubre  que  es  debilidad  disfrazada;  su


                  orgullo exagerado, duda de la propia fuerza creadora. En Francia se



                  realiza  esta  evolución  antes  que  en  Inglaterra,  donde,  a  mediados


                  de siglo, con Ruskin, J.  S. Mili, Huxley, George Eliot y sus segui­


                  dores  aparecen los primeros  representantes de esta  intelectualidad


                  «desvinculada»,  «de pensamiento  autónomo»,  pero  donde  por de



                  pronto no se puede hablar ni de una orientación hacia la revolución


                  proletaria  ni  de  la  formación  de  una  bohemia.  La conexión  con  la


                  burguesía es  allí todavía  tan  fuerte que la  intelectualidad  se  refu­



                  gia  de  buena  gana  en  una  «moralidad  aristocrática» 161  antes  que


                  hacer  causa común  con  las  grandes  masas.  También  George  Eliot


                  interpreta lo que en realidad es un problema sociológico como una


                  cuestión  esencialmente  psicológica  y  moral,  y  busca  en  la  novela



                  psicológica respuesta a cuestiones que sólo se pueden responder so-








                                  Cf.  Hans Speier, Zur Soziolúgie (kr bürgerlkhen Intelligenz in  Deutschland’  en Die

                  Ceselhcbaft,  II,  1929, pág.  71.






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