Page 5 - FANZINE
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Las personas que me conocen de primera mano saben que, aunque sé que todos lo dirán,
es mi cuarto. Mi cuarto no es el espacio favorito de mi casa solamente por ser mi cuarto,
sino por la historia que tiene detrás y lo bien que me siento en él. Todo empezó cuando me
echaron del cuarto donde dormía antes porque lo adecuarían para mi hermano y su
pareja en ese momento, por lo que la única opción era o compartir cuarto con alguien
más o construir un nuevo cuarto. La segunda opción fue la favorita, por lo que se decidió
hacer en el espacio que tiene la escalera para subir al segundo piso y, tirar un planchón
de cemento y poner encima el colchón. La idea se acomplejó un poco más, hasta que tenía
mi cuarto hecho con las manos mías y de mi padre, con una cama a 2 metros por encima
del segundo piso dado que se rompió el cielo raso y acomodó la cama y un techo en forma triangular (de casita, decía yo). Varios
años más tarde me harté porque hacía calor en muchas ocasiones y no tenía ventilación de ningún lado, así que se decidió romper
parte del propio techo de la casa y levantar por encima de la casa, con ayuda de ladrillos,
un nuevo cuarto con dos ventanas grandes al cual entre toda la luminosidad posible y
fresco de todos los sitios. Imaginar un cuarto que tiene dos camas ahora, un mueble, dos
“closets” un escritorio, un “pasillo”, dos ventanales y, además, de dos pisos. Sí, un cuarto
de dos pisos con escalera incluida. Mis amigos se siguen preguntando por qué este cuarto
no se cae, lo mismo me pregunto yo, solo queda confiar en la construcción que
levantamos como padre e hijo.