Page 105 - mago de oz
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Venían  desde  todas  direcciones  y  eran  millares,
            grandes,  medianos  y  pequeños,  y cada uno traía

            en la boca un trozo de cuerda. Fue más o menos
            entonces  cuando  Dorothy  despertó  de  su  largo

            sueño  y  abrió  los  ojos,  asombrándose  al
            encontrarse  tendida  en  la hierba  y rodeada  por

            miles  de  ratones  que  la  miraban  con  timidez.
            Pero el Espantapájaros la puso al tanto de todo y

            luego, volviéndose hacia la Reina, agregó:


            —Permíteme  que  te  presente  a  Su  Majestad,  la
            Reina de los ratones.


            La  niña  saludó  con  gran  dignidad  y  la  Reina

            hizo una reverencia, después de lo cual se acercó
            afablemente a Dorothy.


            El  Espantapájaros  y  el  Leñador  empezaron  a

            atar  los  ratones  al  carro,  empleando las cuerdas
            que  éstos  habían  traído.  Un  extremo  se  ataba  al

            cuello  de  cada  ratón  y  el  otro  extremo  al carro.
            Claro que el improvisado  vehículo  era mil veces

            más grande que cualquiera de los ratones que iba





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