Page 126 - mago de oz
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siguió  a la  joven  por  siete  corredores  y tres
            tramos de escaleras hasta llegar a una habitación

            situada  al  frente  del  palacio.  Era un  dormitorio
            agradabilísimo,  con  una  cómoda  cama  de

            extraordinaria blandura y sábanas de seda verde.
            En  el centro  del  cuarto  había  una  diminuta

            fuente  que  lanzaba  al  aire  un  chorro  de
            perfume  verde,  el  que  caía luego en un tazón de

            mármol maravillosamente labrado. Había bonitas
            florecillas  verdes  en  las  ventanas  y  un  estante

            lleno de libros de ese mismo color. Cuando tuvo
            tiempo  de  abrirlos,  vio  que  estaban  llenos  de

            extrañas  figuras  verdosas  que  le  causaron
            mucha risa por lo cómicas.


            En el guardarropa vio numerosos vestidos de la

            misma  tonalidad  imperante  en  la  ciudad,  todos
            de seda, satén y terciopelo, y todos de su medida

            exacta.


            —Ponte cómoda —dijo la jovencita—, y si deseas
            algo  haz  sonar  la  campanilla.  Oz  te  mandará

            llamar mañana.




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