Page 101 - Huasipungo - Jorge Icaza
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J o E e A z A
Sigue gritando desesperadamente el náufrago, le-
vantando los brazos como sí quisiera agarrarse de
la neblina. Con las huascas se entran en el lodo
hasta sentir que el piso va hundiéndose más de lo
ordinario. Rubrica e] lazo una pirueta de salva-
ción. El hundimiento sigue lento·; ya sólo asoma
la cabeza como un puntito negro en mitad del pan-
t.ano temblón. A ese puntito se apuntan todas las
rúbricas de las huascas como una petición de gra-
cia para el infeliz náufrago, dirigida al magnate
ciénego en la plana gris de ese ambiente de. pár.a-
mo. Un lazo ha logrado hacer blanco sobre el úl-
timo estiramiento de la cabeza. Pero como los sal-
vadores no tienen piso firme en donde apoyar la
fuerza del esth·ón para el anastre, tienen que anu-
dar huascas hasta llegar a la firmeza del camino,
en tanto el indio lucha en un chapoteo de lodo;
después de unos segundos ya no se ve l].ada en el
vientr-e pardo de ese pedazo de pár.amo.
Tiran y el fango aprisiona la fuerza de los in-
dios que desde el camino se queman los callos de
las manos en la veta. Eni:re esa lucha desigual el
único que pierde es el que viene .arrastrado. Fuer-
zas que desarticulan al hombre como al
pelele el muchacho, pero de éste no mana
aserrín sino s.angre. El bulto de carne, hu-
102 meando todavía resto de vida llega envuel-
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"