Page 190 - Huasipungo - Jorge Icaza
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pirse en las manos, para volver a empezar. J9J
El fuete apacigua los gritos, apáciguá his ·
convulsiones, acalla las súplicas, inmoviliz.a
· el pataleo. Las espaldas del delincuente se
hallan rojas de sangre, la cabeza se abate, sólo el
fuete es capaz de hacer oscilar el cuerpo inerte.'
N'o vale la ·pena gastar las fuerzas en vapulear un
cuerpo desmayado. ·
Desafiante ·el Jacinto le muqnura al colgado:
-Indio cár.ajo, ¿por qué no aguantáis pes más?
Maricón ...
Por toda respuesta, el indio, se bambolea c'olga-
do de la estaca como bandera en mástil ·después
de una tempestad.
Padre e. hijo ll~garon a la choza en brazos . de la
multitud. Allí se les curó las heridas con una mez-
cla de aguardiente, orines, tabaco y sal; y se be-
bió guarapo hasta el embrutecimiento.
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Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"