Page 72 - Huasipungo - Jorge Icaza
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turas contradicciones, se dejó invadir por una 73
ira que le florecía ·en la nariz en .forma roja.
-¡Oh! ¡Mierdas! Conmigo se equivocan.
· ¿Cómo? He aquí la cuestión. He aquí la
cuestión que el mayordomo ponía en duda con su
silencio taimado que exagera -al Dios de las serra-
nías.
Sobre una sucesión de fruncimientos con"
vulsívos -de los párpados· y en· un erguimiento to-·,
tal de su figura de hombre trabajador cayó, cual
rayo, la solución.
-¡Caraja! ¡Ya está! No vuelves a limpiar más
el cauce del río ... ,--¿Me entiendes?- ordena el
terrateniente con voz y gesto que da miedo no o-
bedecerle.
-Así quedan subsana·dos todos los problemas:
los míos, los de l~s gringos, todos ...
Cuando ya no le sobraban órdenes en las alfor-
jas, despidió con una mueca a la compañia del Po-
licarpio y se' metió al trote camino adentro p.ara no
pasar muy tarde el páramo.
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H , U A S p u N G o
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"